Un golpe humillante para Maduro y una advertencia sobre su vulnerabilidad
Eran las 3 de la madrugada en Moscú cuando Nicolás Maduro debió atender una llamada de urgencia desde Caracas. Eran malas noticias, como suelen ser las comunicaciones a esas profundas horas de la noche. “Estados Unidos liberó a todos los que estaban en la embajada argentina”, escuchó del otro lado de la línea. Fue un golpe al mentón. Maduro -invitado por su aliado/socio/patrocinador Vladimir Putin a conmemorar el Día de la Victoria en Rusia junto a otros dictadores regionales y del mundo- ya…









