Un gobierno nunca puede sentirse derrotado cuando el pueblo se pronuncia, afirma el presidente de Chile

La desigualdad ha obstaculizado el camino de Chile hacia el desarrollo y es una amenaza latente para la democracia, dijo este martes Gabriel Boric, presidente de ese país sudamericano durante su participación en el debate de la Asamblea General de la ONU.En el que fue su primer discurso ante el pleno desde que asumió el cargo en su país en marzo pasado, Boric reconoció que Chile es una de las naciones más desiguales del mundo y acotó que la fractura social que esto ha generado ha sido un impedimento en la construcción de un futuro más libre y justo.El mandatario explicó que si bien su país ha logrado índices de crecimiento económico y desarrollo humano destacados, enfrentó una crisis económica y social muy profunda que llevó al estallido en 2019.Esa movilización, no fue una casualidad, sino la consecuencia de innumerables historias de dolor y postergación que se fueron incubando y afectando el corazón de la sociedad, señaló, refiriéndose a las protestas en las que los chilenos expresaron su malestar frente a la desigualdad y los abusos.Puede pasar en cualquier país“Y puede pasar en sus países también”, advirtió Boric a los líderes mundiales. “Por eso los invito a anticiparse en la búsqueda de mayor justicia social. Distribuir mejor la riqueza y el poder debe ir de la mano con un crecimiento sostenible. Y es posible”, aseguró.El presidente de Chile habló de la violencia sucedida en el marco de las protestas, como la quema de estaciones de metro, y denunció la represión descontrolada por parte de las fuerzas del Estado, que dejaron muertos, heridos y más de 400 personas con trauma ocular, “una grave violación a los derechos humanos que debe ser reparada”.Boric señaló que la igualdad, la justicia y la libertad son reclamos cada vez más socorridos en el mundo entero. “La protección y promoción de los derechos humanos, el trabajo decente, la protección social universal y la lucha contra la crisis climática, son hoy demandas universales”, indicó.Una nueva ConstituciónEn el caso de Chile, prosiguió, para atender ese reclamo de manera pacífica y democrática, las principales fuerzas políticas acordaron la redacción de una nueva Constitución que sentara las bases de un contrato social que respondiera democráticamente las demandas de la ciudadanía. El acuerdo obtuvo el apoyo del 80% de los votantes en un plebiscito y la Carta Magna se presentó recientemente a la población, que la rechazó en un 62%.Hoy, Chile busca nuevas fórmulas para construir ese lugar de encuentro, apuntó Boric, quien no considera ese resultado como una derrota al gobierno.“Con toda humildad les digo: nunca un gobierno puede sentirse derrotado cuando el pueblo se pronuncia. En democracia, la palabra popular es soberana y es la guía para todo gobierno”, puntualizó.Lo que mostraron los resultados del plebiscito es que los chilenos demandan cambios sin poner en riesgo sus logros presentes, un mejor futuro sin crear nuevas inseguridades. “Un futuro de cambio con estabilidad”.Agregó que uno de los grandes desafíos de la humanidad es precisamente la construcción de democracias verdaderas que escuchen a la ciudadanía.“El reclamo que la ciudadanía hace cada vez con más fuerza hacia las llamadas democracias liberales representativas no puede ser menospreciado, sino que debe ser enfrentado con más democracia, nunca con menos”, recalcó.Lección de democraciaEl mandatario consideró que el pueblo chileno dio una lección de democracia al exigir que su gobierno democrático esté a la altura de sus demandas, y añadió que el reto ahora es estar a la altura de ellas.“Así se gobierna en el siglo XXI: movilizando las capacidades y la sabiduría de nuestras sociedades, no pretendiendo sustituirlas”, enfatizó e hizo patente su convicción de que Chile tendrá pronto una Constitución que satisfaga plenamente a la ciudadanía.Antes de terminar su participación, Boric reiteró que el camino para enfrentar los problemas que aquejan a las sociedades se pavimenta con más democracia y no con menos; incentivando la participación y no restringiéndola; fomentando el diálogo y no censurándolo. “Y por sobre todo, respetando a quien piensa distinto, incorporando sus puntos de vista y entendiendo que el tener opiniones diversas no nos vuelve enemigos”.“Los ciudadanos que más sufren las consecuencias de sociedades construidas desde la segregación y el abuso reclaman derechos y seguridad para vivir. Ese mundo de mayor bienestar, que sólo podemos lograr con más democracia, este es el llamado que todos debemos atender”, concluyó el presidente de Chile.

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