El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, presentó a través de sus redes sociales la nueva cárcel con que cuenta el país centroamericano, uno de los centros más impresionantes del mundo en su tipo.
Según el anuncio del mandatario, será la cárcel más grande de todo el continente. En dicho centro penitenciario estarán los más peligrosos de todos las pandillas, para altos mandos como gatilleros, pero también para demás delincuentes de dichas estructuras criminales.
Nayib Bukele recorrió las instalaciones junto a los líderes de la guardia que estarán en frente de resguardarla.
Esa visita guiada y presentaba por televisión y por las redes sociales del mandatario evidenció la magnitud de ese complejo. Por ejemplo, los muros de concreto que impiden la fuga de presos son de 11 metros de altura.
“Ni siquiera un carro que se estrelle allí lo rompe. Es una cárcel de primer mundo, para resguardarnos de los criminales”, aseguró uno de directivos.
Las torres de vigilancia, por su parte, están en cada uno de los anillos de la cárcel. “Sería imposible que salga un reo”, agrega el oficial que muestra la prisión. La cárcel funciona con cuatro anillos externos.
La tecnología para ingresar a la cárcel es de punta con escáneres muy potentes. “Se pueden ver los pulmones”, advierte el presidente. El guardia explica que esto permite garantizar que nadie ingrese nada dentro de sus cuerpos. “Los gobiernos anteriores le habían entregado los penales a estos grupos terroristas”.
Existe además un área de armería, que le da a los guardias la protección máxima para cualquier disturbio que pueda presentarse. También se tienen contempladas sesiones preventivas de inteligencia y contrainteligencia para que no salga de la cárcel ninguna orden o comunicación al exterior.
La cárcel es tan hermética que los presos no saldrán ni siquiera a las audiencias judiciales, sino que podrán conectarse desde allí.
En cuanto a las celdas, estas son hechas con acero reforzado y cerrojos certificados internacionalmente. De igual manera, estas tienen dos albercas con agua y dos inodoros por cada celda, por lo cual los pandilleros condenados solo podrán salir de los barrotes para trabajar dentro de la penitenciaría.
Dichas celdas de castigo no tienen acceso a luz natural ni artificial y están diseñadas para cuando haya disturbios o peleas dentro del penal. Mientras que a las afueras de la prisión tanto policías como militares resguardarán el perímetro con más de 600 funcionarios de seguridad de El Salvador.