La situación que está afrontando Israel ante el ataque de Hamás, desde el pasado 7 de octubre, ha desatado reacciones a favor y en contra del derecho a la legítima defensa de los hebreos ante el terrorismo islámico de los miembros de Hamás al sur de Israel.
A pesar de que el Estado judío ha podido hacerle frente a la escalada de violencia de los últimos 4 días, el grupo Hezbolá, en la frontera norte entre Israel y Líbano, y milicianos sirios, al nororiente de la nación hebrea han lanzado proyectiles en contra de Israel. Las Fuerzas de Defensa del país han multiplicado sus esfuerzos con el fin de que los grupos radicales no atenten contra la población civil.
Debido a la fuerte tensión que se percibe entre Hamás e Israel, el presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, se comunicó vía telefónica con el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán, el lunes pasado, quienes afirmaron su preocupación por la guerra que se libra entre la milicia palestina y el Ejército israelí. Las acciones bélicas se han convertido en una “amenaza la estabilidad regional”, indicó Europa Press.
A través de un comunicado, el mandatario egipcio enfatizó en que, en momentos como estos, es primordial “dar prioridad a la voz de la razón”, con el fin de disminuir los riesgos de una posible mayor violencia entre ambos territorios.
De hecho, Al Sisi recibió una llamada del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quienes coincidieron en que la guerra de su vecino Israel representa una amenaza para la paz en la región.