El mundo puede acabar con el sida para 2030, pero sólo si los líderes protegen los derechos humanos de todas las personas que viven con el VIH, según revela un nuevo informe de ONUSIDA publicado este martes.
Bajo el título Tomar el camino de los derechos para acabar con el sida, el documento ha sido difundido en vísperas del Día Mundial del Sida, el 1 de diciembre.
“A pesar de los enormes progresos realizados en la respuesta al VIH, las violaciones de los derechos humanos siguen impidiendo que el mundo acabe con el sida”, afirmó la directora ejecutiva de ONUSIDA.
“Cuando a las niñas se les niega la educación; cuando existe impunidad para la violencia de género; cuando las personas pueden ser detenidas por lo que son o por lo que aman; cuando una visita a los servicios de salud es peligrosa para las personas debido a la comunidad de la que proceden, el resultado es que se impide a las personas acceder a los servicios relacionados con el VIH que son esenciales para salvar sus vidas y poner fin a la pandemia del sida”, dijo Winnie Byanyima.
“Para proteger la salud de todos, tenemos que proteger los derechos de todos”, concluyó.
Unos nueve millones de personas no tiene acceso a un tratamiento
De los 39,9 millones de personas que viven con el VIH, 9,3 millones aún no tienen acceso a un tratamiento que podría salvarles la vida. El año pasado, 630 000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida, y 1,3 millones de personas en todo el mundo contrajeron el VIH por primera vez.
En al menos 28 países, el número de nuevas infecciones por VIH va en aumento. Para frenar la trayectoria de la pandemia, es imperativo que los programas puedan llegar a todos los que los necesitan.
Cada día de 2023, 570 mujeres jóvenes y niñas de entre 15 y 24 años contrajeron el VIH. En al menos 22 países de África oriental y meridional, las mujeres y niñas de este grupo de edad tienen tres veces más probabilidades de vivir con el VIH que sus compañeros varones.
“A ninguna niña se le debe negar la educación y la información que necesita para mantenerse a salvo. La discriminación y la violencia contra las niñas deben abordarse como una emergencia sanitaria y de derechos humanos”, afirmó Nomonde Ngema, activista de 21 años contra el VIH.