Al menos 40 personas murieron y 145 resultaron heridas el viernes cuando hombres armados vestidos de camuflaje dispararon con armas automáticas contra asistentes a un concierto cerca de Moscú, en uno de los ataques más mortíferos contra Rusia en décadas.
Estado Islámico (ISIS), el grupo militante que alguna vez buscó el control de zonas de Irak y Siria, se atribuyó la responsabilidad del ataque, dijo el canal Telegram del grupo.
En una publicación en Telegram, Estado Islámico dijo que sus combatientes atacaron en las afueras de Moscú “matando e hiriendo a cientos y causando una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura”.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova, dijo que se trataba de un “ataque terrorista sangriento” que el mundo entero debería condenar.
Estados Unidos recopiló información de inteligencia en marzo de que Estado Islámico-Khorasan, conocido como ISIS-K, la rama del grupo con sede en Afganistán, había estado planeando un ataque contra Moscú, según funcionarios que hablaron con The New York Times. Los miembros de ISIS han estado activos en Rusia, aseguró al medio un funcionario estadounidense.
“ISIS-K ha estado obsesionado con Rusia durante los últimos dos años”, criticando con frecuencia al presidente Vladimir Putin en su propaganda, dijo al NYT Colin P. Clarke, analista antiterrorista. “ISIS-K acusa al Kremlin de tener sangre musulmana en sus manos, en referencia a las intervenciones de Moscú en Afganistán, Chechenia y Siria”.
Estados Unidos había advertido que un atentado de estas características era inminente.
Las embajadas de Estados Unidos y del Reino Unido en Rusia lanzaron el 8 de marzo un aviso urgente sobre la posibilidad de un ataque terrorista en Moscú. Este anuncio instaba a los ciudadanos estadounidenses a mantenerse alejados de concentraciones masivas dentro de las siguientes “24 a 48 horas”.
En una actualización de seguridad, se mencionaba que se habían recibido informaciones sobre planes de ataques extremistas, posiblemente dirigidos a eventos concurridos en la capital rusa, como conciertos.
El primer ataque a Rusia atribuido a ISIS ocurrió en 2015. El vuelo 9268 de Metrojet, operado por la aerolínea rusa Kogalymavia, sufrió una desintegración el 31 de octubre de 2015, a las 06:13 hora local EST, sobre el norte del Sinaí, poco después de despegar del aeropuerto internacional de Sharm El Sheikh, en Egipto. En el trágico evento, murieron los 217 pasajeros y los siete miembros de la tripulación a bordo. En aquella ocasión, la rama Sinaí del Estado Islámico asumió la responsabilidad del incidente. Habían puesto una bomba.
En septiembre de ese año, Rusia había comenzado a lanzar ataques aéreos en Siria, afirmando que coordinaba conel régimen de Bashar al-Assad para atacar a ISIS y otros grupos terroristas.
En 2021, Putin dijo que cientos de combatientes leales al grupo militante Estado Islámico se concentraban en el norte de Afganistán con planes de trasladarse entre países ex soviéticos de Asia Central disfrazados de refugiados. Ya había advertido sobre la amenaza de combatientes veteranos de Irak y Siria con vínculos con el Estado Islámico que cruzan hacia Afganistán.