El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, llamó este lunes a renovar la esperanza y la convicción de lo que puede lograr la humanidad cuando trabaja unida y en solidaridad mundial.
Como cada 24 de octubre, la Organización conmemora hoy el Día de la ONU, marcando la fecha de la entrada en vigor en 1945 de la Carta de las Naciones Unidas, su documento fundacional.
En su mensaje para la jornada, Guterres recordó que el organismo nació de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial encarnando “la esperanza de superar el conflicto y pasar a la cooperación global, así como la determinación de lograrlo”.
A prueba
“Hoy se está poniendo a prueba nuestra Organización como nunca antes. Pero las Naciones Unidas fueron hechas para momentos como éste”, dijo.
Añadió que más que nunca, “ahora necesitamos dar vida a los valores y principios de la ONU en todos los rincones del mundo”.
El Secretario General afirmó que la ONU es esencial en la actual coyuntura para dar una oportunidad a la paz y acabar con los conflictos que ponen en peligro vidas, futuros y progreso global.
Además, continuó, la ONU está trabajando para eliminar la pobreza extrema, reducir las desigualdades y rescatar los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados por los 193 Estados miembros de la ONU en 2015.
Guterres también destacó el papel de la ONU en la salvaguardia del planeta, buscando romper la adicción global a los combustibles fósiles e impulsando la revolución de las energías renovables.
Resaltó cómo la ONU está “equilibrando la balanza de oportunidades y libertad” para mujeres y niñas, al tiempo que garantiza los derechos humanos para todos.
“Al celebrar el Día de la ONU, renovemos nuestra esperanza y convicción en lo que la humanidad puede lograr cuando trabajamos como uno solo, en solidaridad mundial”, concluyó su mensaje.
No tenemos tiempo que perder
Las crisis globales que se multiplican e interconectan, incluidos los desastres naturales cada vez más graves, dejan claro “que no tenemos tiempo que perder” y debemos lograr un desarrollo sostenible, señaló por su parte el presidente de la Asamblea General, Csaba Kőrösi.
En su mensaje para el día, Körosi abordó las dos tareas urgentes y paralelas que tiene la ONU: gestionar las crisis y promover la transformación.
“La Organización trabaja en soluciones prácticas, basadas en los resultados de la ciencia y el principio de solidaridad. Sin embargo, para lograr un gran avance, también se debe restaurar la confianza mutua entre los Estados miembros”, apuntó.
La educación no puede esperar
La responsable de la principal iniciativa de la ONU para la educación instó a los donantes a aumentar el apoyo para que los 222 millones de niños y adolescentes atrapados en emergencias y crisis prolongadas del mundo puedan seguir aprendiendo.
La educación es la base de la visión global para el desarrollo sostenible, el respeto por los derechos humanos y el mantenimiento de la paz y la seguridad, aseveró Yasmine Sherif, directora de “La educación no puede esperar”.
“Sin educación, especialmente para aquellos que sufren en guerras, desastres climáticos y desplazamientos forzados ¿cómo podemos lograr la visión de las Naciones Unidas? Es lógica y humanamente imposible”, sostuvo en el Día de la ONU.
Los niños pagan el precio
Sherif indicó que 77 años después de la proclamación de la Carta de las Naciones Unidas, el mundo enfrenta una inseguridad sin precedentes y conflictos armados nuevos y en curso, así como un desplazamiento récord.
Los niños que sobreviven en estos contextos brutales, que no pueden acceder a una educación continua y de calidad, son los que pagan el precio, puntualizó.
“En la guerra sin sentido en Ucrania, vemos ataques deliberados de primera mano contra escuelas y otros objetivos civiles. Todos los ataques a estudiantes y centros educativos contravienen la Carta de la ONU, el derecho internacional humanitario y la Declaración de Escuelas Seguras”, declaró.
Del mismo modo, argumentó que al brindar educación a todos los niños y adolescentes en emergencias y crisis prolongadas, “podemos cerrar la brecha entre la poderosa visión de las Naciones Unidas y las crueles realidades sobre el terreno”.