España tuvo que trabajar el doble para poder vencer a una sorprendente e intensa Georgia, que le dio pelea a los ibéricos en los octavos de final, pero que finalmente, no le alcanzó para dar el batacazo y los ibéricos ganaron 4-1.
Georgia logró tener unos buenos primeros minutos, en el que logró defenderse e intentaba llegar al arco con peligro, así que dejó claro que no iban a ser fáciles de vencer.
A los 18 minutos llegó la gran sorpresa, pues Georgia se fue adelante en el marcador, aunque fue más complicidad de España, debido a que Robin Le Normand marcó autogol que envió junto al poste derecho.
Eso generó un mar de dudas en España, que por más que intentó, el plan defensivo de Georgia se hizo presente, aunque parecía que el empate estaba latente.
Los pálpitos fueron acertados y España empató a los 39 minutos a través de Rodri, uno de sus mejores jugadores en el mediocampo y que demostró una vez más que está haciendo una buena temporada a nivel personal.
Con la igualdad, el juego se abrió un poco más y Georgia intentó jugar al empate, logrando irse al descanso con ese marcador.