Las organizaciones religiosas en Nicaragua deberán mantenerse “libres de todo control extranjero”, según una iniciativa de reforma parcial a la Constitución Política propuesta por el dictador del país, Daniel Ortega, y divulgada este miércoles por la Asamblea Nacional (Parlamento)
En la propuesta de reforma constitucional, enviada al Parlamento, donde los sandinistas tienen mayoría absoluta, y que tendrá que ser aprobada en dos legislaturas para que entre en vigor, se establece que “el Estado es laico y asegura la libertad de culto, fe y prácticas religiosas en estricta separación entre el Estado y las iglesias”.
Sin embargo, la enmienda advierte que “al amparo de la religión, ninguna persona u organización puede realizar actividades que atenten contra el orden público”.
La semana pasada, las autoridades nicaragüenses expulsaron del país al presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, el obispo Carlos Enrique Herrera, tras denunciar en una misa el sacrilegio del alcalde sandinista del municipio de Jinotega, Leónidas Centeno, quien puso música con alto volumen en el exterior de una parroquia donde se celebraba una eucaristía.