Mario Andretti es una figura que no necesita presentación en el mundo del automovilismo. Desde sus humildes inicios en un pequeño pueblo de Italia hasta convertirse en un ícono deportivo de Estados Unidos, su carrera es un testimonio de perseverancia y amor por el deporte. Para el campeón mundial de Fórmula 1 de 1978, había un sueño que aún estaba por cumplir: liderar un equipo estadounidense en la categoría reina del automovilismo.
l anuncio de la entrada de Cadillac en 2026 hizo realidad ese sueño. El proyecto inicial proponía un equipo liderado por su hijo Michael, con un coche diseñado por Andretti Global y motores de Renault como proveedor inicial, lo cual no convenció a los directivos de la F1. Eso cambió tras la decisión del hijo del histórico piloto de dar un paso al costado y ceder el control operativo a Dan Towriss, de TWG Global, socio de General Motors.
La llegada de Cadillac F1 a la Fórmula 1 representa mucho más que un equipo nuevo en la parrilla: es el resultado de una asociación estratégica entre dos gigantes del automovilismo, Andretti Global y el gigante automotriz de Michigan. Este ambicioso proyecto se consolidará en 2026, con la meta de llevar a un equipo estadounidense competitivo al escenario internacional.
“Fue un proceso largo y, a veces, angustioso”, admitió Mario Andretti en una entrevista que brindó a NBC News. “Pero ahora todos están felices y eso es lo más importante. Miramos hacia adelante con entusiasmo hacia los desafíos que tenemos por delante”, agregó.
Andretti explicó el plan que tendrá la escudería. Durante los dos primeros años, en 2026 y 2027, el equipo planea utilizar motores de Ferrari, un movimiento estratégico que no solo asegura una base sólida, sino que también fortalece la conexión histórica y la legendaria marca italiana. “Mi relación con el señor Ferrari y la historia que compartimos juegan un papel importante aquí. Será lo mejor de ambos mundos”, explicó el campeón de F1 en 1978.