La Plaza de San Pedro recibió a miles de fieles que se congregaron para participar en las exequias del Papa emérito, Benedicto XVI y despedirse de uno de los más grandes teólogos de últimos tiempos.
El Papa Francisco, que asistió en silla de ruedas presidió el funeral, quién dedicó su homilía, a reflexionar sobre la lectura del Evangelio y la vida espiritual de Benedicto XVI.
“El pueblo fiel de Dios, aquí reunido, ahora le acompaña y le confía la vida de quien fue su pastor”, dijo Francisco al pronunciar la homilía.
“Como las mujeres en el sepulcro, también nosotros hemos venido con la fragancia de la gratitud y el bálsamo de la esperanza, para mostrarle una vez más el amor que no muere. Queremos hacerlo con la misma sabiduría, ternura y devoción que él nos dedicó a lo largo de los años. Juntos queremos decir: ‘Padre, en tus manos encomendamos su espíritu’.
Imagen general de la Plaza de San Pedro durante el funeral de Benedicto XVI.
El arzobispo Georg Gaenswein, antiguo secretario personal del papa emérito, besa su ataúd.
El Papa Francisco preside las ceremonias fúnebres de Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
El cardenal Giovanni Battista bendice el ataúd en el final de la ceremonia.
El Papa Francisco rezó una última vez junto a Benedicto, antes de que sus restos fueran llevados a su lugar de descanso.
El féretro es llevado al interior de San Pedro tras la finalización del funeral.
El cardenal Giovanni Battista Re bendice el ataúd de Benedicto XVI en la Santa Gruta del Vaticano.