En el estado de Río Grande del Sur de Brasil, ubicado en el extremo sur de ese país, se ha producido el peor desastre climático en la historia de esa región. Tormentas e inundaciones han conducido a la muerte de más de 100 personas y a un 1,5 millón de damnificados.
Además, en el norte de Uruguay las fuertes lluvias también provocaron que más de 700 personas fueran evacuadas, y el Sistema Nacional de Emergencias de ese país (Sinae) alertó que lo peor de las inundaciones llegará entre el fin de semana y el comienzo de la semana próxima.
Esos desastres ya son considerados consecuencias de la combinación del fenómeno de El Niño/Oscilación del Sur y del impacto del cambio climático en la región.
El cambio climático se ha producido como consecuencia de diversas actividades humanas, como la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación, entre otras razones.
La científica Camilloni contestó: “El cambio climático forma parte de todo evento del tiempo y el clima, porque la atmósfera está más cálida que décadas atrás. Esto implica cambios en la cantidad de humedad presente en el aire y en la circulación de la atmósfera”.
En el sudeste de Sudamérica, “el cambio climático se manifiesta con un aumento observado en las lluvias, que continuará incrementándose en las próximas décadas de acuerdo con todas las proyecciones”, dijo Camilloni.
Sumado al impacto del cambio climático, “el fenómeno de El Niño, que está en su fase final, se caracteriza por generar también excesos de lluvia durante el otoño del año siguiente al que se inicia. Y precisamente es la situación actual. De alguna forma hoy están superpuestos el cambio climático y los efectos de El Niño. En esta región y época del año actúan en la misma dirección: lluvias por encima de los valores normales”, resaltó la investigadora.
También la Organización Meteorológica Mundial (OMM), a cargo de la científica argentina Celeste Saulo, emitió un comunicado en el que menciona que “las lluvias récord provocadas por El Niño han causado inundaciones sin precedentes en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, con un número creciente de víctimas y pérdidas económicas y de infraestructuras. No se vislumbra una tregua inmediata”.