El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reveló este domingo que unos 31.000 militares ucranianos han muerto desde el inicio de la guerra con Rusia, un dato que hasta ahora no habían publicado las autoridades ucranianas.
“No sé si tengo derecho. Es un momento muy serio. Ha habido voces entre la audiencia estadounidense más radical que dicen que tenemos 300.000 muertos y que cuántos más queremos. Los rusos dicen que Ucrania ha perdido más de 100.000 personas y que los rusos han perdido unos 35.000. Dicen algo así, pero es todo mentira. Cada persona que muere es una gran pérdida para nosotros”, ha afirmado Zelenski durante un acto sobre la situación de la guerra.
El mandatario reiteró que “es muy doloroso para nosotros” y que por ello “no voy a decir cuántos heridos hay porque Rusia sabría cuantos han abandonado el campo de batalla”. “No voy a decirlo”, resaltó.
Zelenski también ha reconocido desaparecidos. “No voy a jugar con las cifras. No quiero. ¿Por qué? Porque el último intercambio ha demostrado que sería inexacto porque han vuelto varias personas. Estaban en la lista de desaparecidos”, argumentó.
El presidente ucraniano se refirió también a las “decenas de miles de civiles muertos en los territorios temporalmente ocupados”. “Sabemos de decenas de miles. No sé cuántos han muerto, han sido asesinados, torturados, cuántos han sido deportados”, ha añadido.
Dichas medidas afectan a empresas de 26 estados y nacionales de 11 países, incluidos China y Alemania, que han sido sancionados por alimentar la maquinaria bélica rusa o ayudar al Gobierno a eludir las sanciones internacionales.
Como parte de estas sanciones, Washington bloquea los activos de estas entidades en Estados Unidos y les veta el acceso a visas. El Departamento de Comercio también ha ampliado su lista negra para incluir a más de 90 empresas. Con esta acción, el total de entidades y personas sancionadas por Washington desde el inicio de la guerra asciende a más de 4.000.
El objetivo principal de estas sanciones es limitar los recursos financieros disponibles para el Gobierno ruso y así obstaculizar su capacidad para financiar la guerra contra Ucrania, que comenzó el 24 de febrero de 2022. “Estamos tomando medidas para reducir aún más los ingresos energéticos de Rusia, y he pedido a mi equipo que aumente el apoyo a la sociedad civil, los medios de comunicación independientes y aquellos que luchan por la democracia en todo el mundo”, escribió Biden.
La larga lista engloba numerosas empresas tecnológicas de los sectores de semiconductores, óptica, drones y sistemas de información, e incluso un instituto de matemáticas aplicadas. El sistema de pago ruso Mir también ha sido sancionado. Su desarrollo “ha permitido a Rusia construir una infraestructura financiera que le permite eludir las sanciones y reconstruir los lazos rotos con el sistema financiero internacional”, señaló el Departamento del Tesoro en un comunicado.