Las protestas en Perú, desatadas tras la destitución y arresto del expresidente Pedro Castillo han dejado ya un saldo de veinte en la última semana.
Desde el 7 de diciembre, las protestas se han extendido por todo el país, pero han sido especialmente violentas en algunas zonas. La situación actual propició las primeras dimisiones en el gabinete de la actual presidenta Dina Boluarte.
Un juez dictó 18 meses de prisión preventiva para Castillo, acusado de los delitos de rebelión y conspiración, mientras el gobierno de Boluarte decretó un toque de queda nocturno por cinco días en 15 provincias del país para hacer frente a los problemas de orden público.
Uno de los incidentes más graves se produjo en Ayacucho, ciudad andina ubicada a unos 390 kilómetros al sureste de Lima, donde una masa de manifestantes intentó tomar el aeropuerto de esa localidad.
El choque de militares y policías con los manifestantes dejó como saldo ocho muertos y 52 heridos solo en esa jornada, según la Dirección de Regional de Salud de Ayacucho.
Además, unos 5.000 turistas quedaron varados en Cusco, le dijo a la agencia AFP Darwin Baca, alcalde de Machu Picchu, cuyos visitantes hacen base en esa ciudad.
El aeropuerto de Cusco fue cerrado el lunes luego de que manifestantes quisieran tomar por asalto la terminal. Este viernes se retomaron las operaciones aéreas con un primer vuelo que salió a las 13:30 hora local (18:30 GMT), informó el Ministerio de Defensa.
El servicio de tren que va de Machu Picchu a Cusco fue suspendido desde el martes y unos 800 turistas quedaron varados en la antigua ciudad inca, añadió Baca.