Vietnam celebró el miércoles el 50° aniversario del fin de la guerra con Estados Unidos y la formación de su nación moderna con un desfile militar y un enfoque en un futuro pacífico.
La caída de Saigón el 30 de abril de 1975 marcó el fin de un Vietnam dividido entre el Norte comunista y el Sur aliado de Estados Unidos, y el principal funcionario del país dijo a las multitudes que las últimas décadas habían conducido a una unidad cada vez mayor.
“Todos los vietnamitas son descendientes de Vietnam. Tienen derecho a vivir y trabajar, a la libertad de buscar la felicidad y el amor en este país”, declaró To Lam, secretario general del Partido Comunista de Vietnam.

Con el espíritu de dejar atrás el pasado, respetar las diferencias y mirar hacia el futuro, todo el partido, el pueblo y el ejército se comprometen a convertir a Vietnam en un país de paz, unidad, prosperidad y desarrollo, añadió.
Miles de personas acamparon durante la noche en las calles de la antigua capital de Vietnam del Sur, rebautizada como Ciudad Ho Chi Minh tras su caída en manos de las tropas norvietnamitas y del Viet Cong, para disfrutar del mejor punto de observación del desfile. Muchos se quedaron en las calles por la tarde y disfrutaron de picnics mientras esperaban los espectáculos de drones y fuegos artificiales programados para la noche.
La bandera nacional roja y amarilla de Vietnam estaba en todas partes en la ciudad: ondeando en los edificios, pintada en los rostros de adolescentes ansiosos y en las camisetas de quienes habían viajado a la ciudad desde todo el país.
“Ahora es tiempo de paz”, dijo la espectadora Nguyen Thi Hue, residente de la ciudad. “La paz es el sueño que todos anhelan en el mundo”.
Una carroza llevaba el mítico pájaro Lac, emblema de Vietnam, otra un retrato de Ho Chi Minh.
Tropas chinas, laosianas y camboyanas marcharon tras las formaciones del ejército vietnamita, algunas de ellas con uniformes similares a los que usaron las tropas norvietnamitas durante la guerra. Helicópteros con la bandera nacional y aviones de combate sobrevolaron el desfile cerca del Palacio de la Independencia, donde un tanque norvietnamita irrumpió en las puertas el último día de la guerra.
Y mientras tanto, la multitud lo absorbía todo. Se habían reunido frente a las barricadas y en algunas esquinas donde se habían instalado pantallas gigantes. Los que estaban en casa se apiñaban frente a sus televisores. Con los teléfonos en alto y los ojos abiertos, saludaban y vitoreaban a los soldados que marchaban.
Sentados junto al líder de Vietnam estaban el ex líder de Camboya, Hun Sen, y el secretario general del Partido Comunista de Laos, Thongloun Sisoulith.
Para Lam, más allá de una victoria sobre Estados Unidos y Vietnam del Sur, la caída de Saigón fue un “hito glorioso” que puso fin a una lucha de 30 años por la independencia que comenzó con la lucha para explusar a las tropas.