Venezuela y Guyana se encuentran disputando un territorio de 160,000 kilómetros cuadrados, una controversia que existe desde 1890, cuando el Imperio Inglés montó esta situación conflictiva con el fraudulento Laudo Arbitral de París, que hoy cobra especial importancia, porque se descubrió petróleo en la Zona en Reclamación, y despertó la codicia de la ExxonMobil, empresa la cual se metió en el conflicto, poniendo muchos dólares sobre la mesa, para llevarse una buena tajada, sin importarle la solución amigable, entre ambos países.
Venezuela, como colonia del Imperio Español, nació como Capitanía General de Venezuela en 1777, y en el territorio concedido en ese momento recibió el mapa que señala su fronteras. Por otro lado la nación de Guyana nació, vio la luz como República Cooperativa de Guyana en 1966, cuando la Gran Bretaña les dio la Independencia.
Venezuela con el Acuerdo de Ginebra, establecido el 17 de febrero de 1966, logró que Reino Unido reconociera de manera directa, que existe una controversia territorial pendiente por la Guayana Esequiba, acción que evidencia el carácter ilegal del Laudo Arbitral de 1899, en París.
“Con la firma del Acuerdo de Ginebra, el Reino de la Gran Bretaña, potencia colonial ocupante, acepta la controversia que Venezuela venía planteando en el siglo XX. Este Acuerdo, es un elemento medular, que deja a un lado, por írrito y falso, el Laudo Arbitral de París, porque, si la Gran Bretaña hubiese considerado que no era elemento de discusión, no se hubiera sentado a negociar, ni acepta debatir, ni firma el Acuerdo de Ginebra”, sentenció el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro.
Durante su intervención, en el Acto de la Unión Nacional en Defensa de la Guayana Esequiba, que se realizó en el Teatro Teresa Carreño el pasado 08 de noviembre, recordó que el proceso de negociación tiene su génesis en el discurso de Marcos Falcón Briceño, exministro de Relaciones Exteriores de Venezuela (1960-1964), donde reclamó –con elementos históricos, políticos y diplomáticos, a la mano- los derechos de Venezuela sobre la Guayana Esequiba, en la 348° sesión de Política Especial de las Naciones Unidas, el 12 de noviembre de 1962.
“De allí arrancó el proceso intenso de conversaciones, negociaciones y la firma de documentos previos que tienen una importancia medular porque, en esas negociaciones, el Reino de la Gran Bretaña reconoció de manera directa e indirecta que había una controversia pendiente por la Guayana Esequiba”, puntualizó el mandatario venezolano.
Precisamente, el Acuerdo de Ginebra establece, desde el punto de vista del Derecho Internacional, que existe una controversia pendiente que no se ha resuelto en ningún acuerdo o documento previo, “y que debe ser resuelto por la vía diplomática y pacífica”.
“Establece el Acuerdo de Ginebra, precisamente, convencidos de que cualquier controversia pendiente, entre Venezuela y el Reino Unido, por una parte, y la Guyana Británica, por la otra, perjudicaría tal colaboración y debe, por consiguiente, ser amistosamente resuelta en forma que resulte aceptable para ambas partes”, detalló, al señalar que este apartado supone la búsqueda de una solución práctica, aceptable y satisfactoria, y, sobre todo, pacífica.
Este Memorándum probatorio, es el que dio pie, y fuerza, a Venezuela, para plantear sus legítimos derechos en la XVII Asamblea de la ONU, lo cual fortalece, con base en sólidos fundamentos jurídicos, el camino hacia la reivindicación de los derechos de Venezuela, lesionados mediante el despojo, lo que conduce a la firma del Acuerdo de Ginebra.
Y este próximo 03 de diciembre, el pueblo venezolano, legítimo poseedor de la Guayana Esequiba ha sido convocado por el Gobierno Bolivariano para ratificar, en Paz, amparado en el Derecho Internacional y en el uso de las herramientas de participación popular previstas en la Constitución de Venezuela, ratificar sus derechos inalienables por ninguna fuerza en el mundo, a defender la integridad de su territorio.