
Desde Washington, Estados Unidos) Donald Trump tiene una hoja de ruta para estabilizar Medio Oriente, contener a Irán y aplacar los ataques terroristas de Hamas, Hezbollah y los rebeldes hutíes.
El presidente de los Estados Unidos apuesta a una alianza diplomática entre Israel y Arabia Saudita, un acuerdo con Teherán por su programa nuclear y a profundizar la ofensiva contra las organizaciones fundamentalistas que operan desde Gaza, El Líbano y Yemen.
Tras estas metas geopolíticas, Trump mantuvo un contacto telefónico con Mohammed bin Salman Al Saudi, príncipe heredero de Arabia Saudita. Fue la primera conversación del líder republicano con un mandatario extranjero, y el diálogo estuvo centrado en la compleja situación de Medio Oriente.
Arabia Saudita disputa el rol de potencia regional con Irán y Qatar, y siempre fue un aliado confiable para la Casa Blanca. Trump pretende cerrar con el premier saudí Bin Salman una alianza diplomática con Israel, que estaba por anunciarse hacia fines de octubre de 2023. El ataque terrorista de Hamas, avalado por Irán, enterró ese acuerdo diplomático que hubiera hecho historia en Medio Oriente.
Bin Salman no descarta que la alianza con Israel se firme en el futuro, pero primero exige que termine la guerra en Gaza y que Jerusalén acepte la existencia de los dos estados. Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, señaló en los últimos meses que su prioridad es exterminar a Hamas. Una hipótesis de conflicto que, por ahora, condiciona la estrategia de Trump.