Robert Downey Jr. se llevó este domingo el Óscar al mejor actor de reparto por su impecable rol en “Oppenheimer”, bañando con oro una carrera de altibajos, dentro y fuera de la pantalla.
El intérprete estadounidense, de 58 años, cerró con la mayor estatuilla de Hollywood una exitosa temporada de premios que lo engalanó de honores por su participación en la cinta de Christopher Nolan sobre las tribulaciones que la bomba atómica le costó a su inventor.
“Quiero agradecer a mi terrible infancia y a la Academia, en ese orden”, abrió su discurso el carismático actor.
“Este es mi pequeño secreto: yo necesitaba este trabajo más de lo que él me necesitaba a mí. Chris lo sabía”, prosiguió refiriéndose al director del drama épico que llegó con 13 nominaciones a esta gala.
“Fue fantástico, y me presento aquí, ante ustedes, como un mejor hombre gracias a esto (…). Lo que hacemos es importante, y lo que decimos hacer es importante”, completó.
La estatuilla le llega tres décadas después de su primera candidatura al Óscar con la biográfica “Chaplin” (1992), de Richard Attenborough, que lo catapultó como uno de los grandes nombres de su generación.
La Academia le concedió el anhelado Óscar por un rol atípico de villano en su trayectoria llena de personajes carismáticos y seductores.
Downey interpreta al expresidente de la Comisión de Energía Atómica, Lewis Strauss, en esta cinta épica sobre Robert Oppenheimer.
Al comienzo, Strauss parece apenas un contrapunto al imponente Oppenheimer de Cillian Murphy, quien también fue nominado por su rol.
Un inocuo burócrata, que sin brillo, entra y sale de la escena.
Pero a medida que la trama se desenvuelve, el personaje cobra protagonismo y destila su arrogante y ambiciosa esencia.
Puede considerarse un camino inverso de algunos de los más famosos roles de Downey, quien dentro y fuera de la pantalla ha conquistado admiración y simpatía.
Debutó a los cinco años, de la mano de su padre, el director, actor y guionista Robert Downey Sr.
Después de algunos roles junto a los talentos emergentes de la época, como Anthony Michael Hall y Molly Ringwald, bautizados como el “Brat Pack”, Downey aterrizó en los zapatos de Charles Chaplin, que le rindió un premio BAFTA y la primera nominación al Óscar.