Un inquietante video muestra el brutal apuñalamiento de una refugiada ucraniana de 23 años en un tren ligero de Charlotte. Este trágico suceso ha reavivado las tensiones políticas en Estados Unidos, con la administración Trump utilizándolo como ejemplo de la necesidad de endurecer las medidas contra la delincuencia en las grandes ciudades, muchas de ellas gobernadas por el Partido Demócrata.

El ataque, según el Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg, ocurrió poco antes de las 10 de la noche del 22 de agosto. En ese momento, las autoridades recibieron una llamada de emergencia que alertaba sobre una mujer apuñalada en el cuello.
Iryna Zarutska, la víctima, se había refugiado en Estados Unidos en 2022 junto a su madre, hermana y hermano, huyendo de la guerra en Ucrania. Según su obituario, se había adaptado con rapidez a su nueva vida.
Según declaró un detective en una declaración jurada, tras unos cuatro minutos y medio de trayecto, el sospechoso sacó un cuchillo, lo abrió, se puso de pie y la apuñaló.
“La sangre gotea visiblemente en el suelo mientras el acusado se aleja de la víctima. La víctima queda inconsciente poco después del ataque. El acusado es el agresor en el video. No parece haber interacción entre la víctima y el acusado”, afirma la declaración jurada.
Un juez ha ordenado al acusado, Decarlos Brown, que sea evaluado durante 60 días en un hospital de la zona. Brown cuenta con un largo historial criminal, que incluye condenas por robo a mano armada, hurto grave y allanamiento de morada. Además, pasó más de ocho años en prisión por robo con arma peligrosa, de acuerdo con los registros estatales.
El ataque provocó diferentes reacciones de figuras públicas que se lamentaron profundamente por lo ocurrido.
En respuesta al trágico asesinato de la joven ucraniana, Donald Trump condenó el ataque, calificando al sospechoso de “lunático” y “loco”. A través de una publicación en su red social, afirmó que “la sangre de esa mujer inocente ahora está en las manos de los demócratas que se niegan a encarcelar a gente mala”.
El presidente utilizó este caso como un ejemplo de la necesidad de que Carolina del Norte y otros estados del país apliquen “ley y orden”, argumentando que es algo que solo los republicanos pueden lograr.