Los yihadistas y sus aliados apoyados por Turquía llegaron el viernes a Alepo, la segunda ciudad de Siria, en una ofensiva relámpago contra las fuerzas del gobierno respaldado por Irán y Rusia.
Los combates son unos de los más letales en años, con 255 muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La mayoría de los muertos han sido combatientes, pero la cifra también incluye a 24 civiles, la mayoría muertos en ataques aéreos rusos.
La ofensiva comenzó el miércoles, el mismo día en que entró en vigor un frágil alto el fuego en el vecino Líbano entre Israel y el grupo terrorista Hezbollah, respaldado por Irán.
Para el viernes, los yihadistas y sus aliados habían tomado el control de más de 50 ciudades y pueblos en el norte, según el Observatorio con sede en Gran Bretaña, en la mayor pérdida de territorio del gobierno en años.
Luego entraron en los distritos occidentales de Alepo, una ciudad de unos dos millones de habitantes que era el centro manufacturero de Siria antes de la guerra.
“Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y facciones aliadas… pudieron entrar en las afueras de los barrios de Al-Hamdaniya y Nueva Alepo… después de llevar a cabo dos ataques suicidas con dos coches bomba”, dijo el Observatorio.
HTS, una alianza yihadista liderada por la antigua rama siria de Al-Qaeda, bombardeó una residencia de estudiantes en la ciudad, matando a cuatro civiles, informaron los medios estatales.
Aviones de guerra sirios y rusos lanzaron intensos ataques aéreos sobre el enclave rebelde alrededor de Idlib, donde están basados los yihadistas, llevando a cabo 23 incursiones, según el Observatorio.
Los refuerzos del ejército han llegado a Alepo, dijo a la AFP un funcionario de seguridad sirio, que pidió el anonimato para discutir asuntos delicados.
Un comunicado del ejército dijo que las tropas habían repelido el asalto a la ciudad y habían recuperado algunas posiciones.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios indicó que “más de 14.000 personas, casi la mitad son niños, han sido desplazadas” por la violencia.
Sarmad, un residente de Alepo de 51 años, dijo a la AFP que podía escuchar “el sonido de los misiles y los bombardeos de artillería las 24 horas del día”.
“Tenemos miedo de que estalle la guerra y nos volvamos a ver desplazados de nuestros hogares”, dijo.
Nasser Hamdo, de 36 años, que trabaja en una pastelería, dijo que había estado pegado a las noticias desde que comenzaron las hostilidades.