Vladimir Putin acaba de confirmar que quiere que Kamala Harris sea la próxima presidenta de Estados Unidos en un momento de típica provocación del Kremlin.
El presidente ruso dijo en un foro económico en el extremo este del país que dependía del público estadounidense elegir a su próximo líder, pero que recomendaría a sus partidarios que apoyaran a Harris.
“Se ríe de manera tan expresiva y contagiosa que significa que todo está bien con ella”, dijo el jueves, sugiriendo que esto podría significar que no impondría más sanciones contra Rusia.
Este comentario es claramente irónico. Después de todo, Harris era la vicepresidenta cuando Estados Unidos ordenó la prohibición de las importaciones de petróleo, gas y carbón de Rusia en 2022, en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
Y esos comentarios aparentemente afectuosos están en desacuerdo con las tensiones entre Estados Unidos y Rusia, que no han hecho más que aumentar desde que Putin comenzó la guerra.
El miércoles de esta semana, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a dos ejecutivos de medios rusos por un supuesto plan ilegal para influir en las próximas elecciones presidenciales con propaganda a favor de Rusia, acusaciones que Moscú niega.
Putin también apoyó al presidente saliente Joe Biden en febrero, antes de que este abandonara la presidencia y fuera reemplazado por Harris.
En un momento igualmente irónico, afirmó que Biden era un político más “de la vieja escuela” que su oponente republicano Donald Trump, diciendo: “Tiene más experiencia, es predecible”.
Biden llamó a Putin “asesino” en 2021, y más recientemente lo llamó “dictador asesino” y “puro matón”.
