Las autoridades peruanas han suspendido la venta de boletos para ingresar a Machu Picchu lo que ha generado un sinnúmero de protestas de turistas y comerciantes del pueblo más próximo a la famosa ciudadela inca.
Las protestas tuvieron lugar afuera de la ciudadela de piedra y en el vecino pueblo de Machu Picchu donde llegan los visitantes en tren y abordan minibuses para subir hasta la joya del turismo peruano a través de una angosta ruta de montaña.
“Es una estafa”, se quejó un airado turista, quien contó que había pagado 65 dólares por el tren desde Ollantaytambo, a unos 148 kilómetros de distancia.
También estaban muy molestos los comerciantes del pueblo, decenas de los cuales bloquearon la vía férrea para impedir el movimiento de trenes.
“Exigimos la venta de tickes en las oficinas del Ministerio de Cultura de Machu Picchu, y del 50% de su totalidad de manera presencial para reactivar nuestras economías”, expresaron los comerciantes en un comunicado.
La Unesco declaró la ciudadela de Machu Picchu patrimonio de la humanidad en 1983. Desde entonces la organización exige a Perú cumplir una serie de pautas para preservar el lugar.