Al ritmo actual, harán falta alrededor de otros tres siglos para lograr la igualdad de las mujeres y las niñas.
Las desigualdades persistentes dificultan la vida de unos 383 millones de mujeres y niñas que viven en la pobreza extrema, y cada once minutos una mujer o una niña es asesinada por alguien de su propia familia.
Estas son algunas de las razones por las que la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer sigue siendo relevante y ha tenido una importancia vital en el calendario de las Naciones Unidas desde que se convocó por primera vez, poco después de la creación de la propia ONU.
1. Ocho décadas impulsando la acción
Los trabajos de la Comisión comenzaron en 1946, días después de que en las sesiones inaugurales de la Asamblea General de la ONU la ex primera dama estadounidense Eleanor Roosevelt y parte de la delegación de su país leyeran una carta abierta dirigida a “las mujeres del mundo”.
Eleanor Roosevelt solicitó a los gobiernos del mundo alentar a las mujeres de todos los países “a participar más activamente en los asuntos nacionales e internacionales”. A las mujeres conscientes de sus oportunidades, las llamó a participar “en la labor de paz y reconstrucción como lo hicieron durante la guerra y la resistencia”.
La Comisión de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (ECOSOC) creó rápidamente una subcomisión. A sus seis miembros -China, Dinamarca, Francia, India, Líbano, Polonia y República Dominicana- se les encomendó la tarea de evaluar ‘los problemas relativos a la condición de la mujer’ para asesorar a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, precursora del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
En su primer informe, “los miembros consideraron que el trabajo de la subcomisión debía durar hasta que las mujeres hubieran alcanzado el punto en que estuvieran en pie de igualdad con los hombres en todos los ámbitos empresariales humanos”.
Desde el principio se hicieron llamados para la acción, entre ellos dar prioridad a los derechos políticos -“ya que sin ellos poco se podría avanzar”-, junto con recomendaciones de mejoras en los ámbitos civil, educativo, social y económico, es decir “los problemas deberían atacarse simultáneamente”, decía el informe. Además, pedía una “Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer para impulsar el programa”.
En junio de 1946, se convirtió formalmente en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, como uno de los organismo subsidiarios del ECOSOC. De 1947 a 1962, la Comisión se centró en establecer normas y formular convenios internacionales para cambiar la legislación discriminatoria y fomentar la concienciación mundial sobre las dificultades de la mujer.
2. Acuerdos internacionales históricos
En los primeros días de la Comisión, su creciente membresía contribuyó a algunas de las convenciones internacionales más consensuadas en la historia de la ONU. Aquí mencionamos sólo algunos ejemplos de ellas.
Al ayudar a Roosevelt, presidenta del Comité de Redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Comisión argumentó con éxito en contra de las referencias a los “hombres” como sinónimo de humanidad. También introdujo un lenguaje nuevo y más inclusivo en la versión final que la Asamblea General adoptó en 1948.
En 1963, los esfuerzos por consolidar estándares sobre los derechos de las mujeres llevaron a la Asamblea General a solicitar a la Comisión que redactara una Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres, documento que el organismo mundial adoptó en 1967.
La CSW fue fundamental en la adopción de la Declaración de Beijing de 1995 y la Plataforma para la Acción, el documento clave de política global sobre la igualdad de género.
3. Más países, más necesidades
En la década de 1960, con el aumento del número de miembros de la ONU y la evidencia cada vez más clara de que la pobreza afectaba de manera desproporcionada a las mujeres, la Comisión se centró en las necesidades de las mujeres en materia de desarrollo comunitario y rural, trabajo agrícola, planificación familiar y avances científicos y tecnológicos. También alentó al sistema de las Naciones Unidas a ampliar la asistencia técnica para promover la promoción de la mujer, especialmente en los países en desarrollo.
Avanzado el trabajo en este sentido, la Comisión también redactó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), jurídicamente vinculante, en 1979.
En esta década, la ONU declaró 1975 el Año Internacional de la Mujer y convocó la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México. En 1977, la ONU reconoció formalmente el Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo.
En 2010, tras años de negociaciones, la Asamblea General adoptó una resolución que consolidaba las secciones y departamentos relacionados de la Organización en la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), que sigue colaborando rigurosamente con la Comisión.
4. Solución a las dificultades emergentes
Las sesiones anuales abordan y evalúan las cuestiones emergentes junto con los avances y las diferencias en la aplicación de la Plataforma de Acción de Beijing. A partir de esa evaluación, los Estados miembros acuerdan nuevas medidas para acelerar el progreso. Desde 2018, la Comisión ha abordado retos como el cambio climático, la violencia de género y la garantía de la participación plena de las mujeres en la toma de decisiones y en las estrategias de desarrollo sostenible.
La CSW implementa múltiples programas y trabajos anuales para evaluar los avances y formular nuevas recomendaciones que aceleren la aplicación de la Plataforma de Acción. También presenta las conclusiones acordadas y negociadas al ECOSOC para que éste tome medidas.
Con la intención de llegar a todas las mujeres y no dejar a nadie atrás, la Comisión también contribuye al seguimiento de la Agenda 2030 para acelerar la consecución de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
5. Los retos del siglo XXI
Cada vez es más evidente que la discriminación, los abusos y la misoginia a los que se enfrentan las mujeres en el mundo material tienen su reflejo en el mundo virtual.
Estos problemas del siglo XXI están en la agenda de la sesión 2023 de la Comisión, cuyo objetivo es analizar el ámbito digital para abordar, entre otras cosas, el acceso limitado a la tecnología, la violencia en línea desproporcionada y la infrarrepresentación y el sesgo de género en las industrias tecnológicas.
En su primera reunión presencial después de la pandemia de COVID-19 en 2020, los 45 miembros de la Comisión debatirán sobre la innovación y el cambio tecnológico, la educación en la era digital para lograr la igualdad de género, y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas.
La anterior sesión contó con más de 7000 participantes, incluyendo a casi 2000 delegados de Estados miembros, 86 ministros y 5000 representantes de organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo.