Nicolás Maduro y su operación “Feliz Navidad”

El Dassault Falcon 900 aterrizó este lunes al mediodía en el Aeropuerto Ejecutivo de Fort LauderdaleFlorida. No llamó la atención en un primer momento: allí se pueden ver todo tipo de jets modernos que arriban y despegan cada minuto. Lo que pocos sabían era que ese avión era propiedad de Nicolás Maduro, el dictador que el pasado 28 de julio robó una elección presidencial -una más- a la vista de todo el mundo.

La justicia de los Estados Unidos incautó la lujosa nave en República Dominicana bajo el paraguas de sanciones internacionales que aplicó en el pasado a decenas de funcionarios del régimen chavista. Los delitos por los cuales se les imputa este tipo de amonestaciones a los jerarcas de Venezuela son variados, pero sobre todo dos tienen peso específico: narcotráfico y lesahumanidad.

A las pocas horas de conocerse la suerte de la aeronave, Maduro y sus laderos lanzaron dos medidas que intentaron atenuar el mal trago y desviar la atención de la opinión pública, sorprendida por el lujoso aparato. Se leyeron como una respuesta al traslado a Florida del Dassault Falcon 900 de cuya comodidad tanto disfrutaba Cilia Flores, la primera dictadora.