LULAC apoya a Juan Carlos Lizardi

Una jueza de Texas ordenó, el viernes, la suspensión de la elección de los directivos de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) y su asamblea en Puerto Rico.

Más de 900 delegados de diferentes estados participaron este sábado en un encuentro simulando una asamblea y respaldaron la candidatura a presidente de Juan Carlos Lizardi en un sondeo.

“En este momento, eso (el sondeo) no conduciría o no se aceptaría como una elección oficial, pero es la evidencia de que el pueblo, los miembros de LULAC, querían tener su votación anual. No pudimos llevarla a cabo, aunque sí existen unos procesos parlamentarios”, sostuvo Lizardi, candidato puertorriqueño a la presidencia de LULAC que reside en Nueva York.

La votación pautada para hoy fue detenida tras la determinación de la jueza Thaira Merritt, del condado de Dallas, en respuesta a una demanda de miembros de LULAC que denuncian que el Partido Nuevo Progresista (PNP) ha desarrollado un esquema para controlar la organización de forma hostil.

De acuerdo a José Lugo Varela, asesor parlamentario de LULAC, a la hora del sondeo, solo ocho delegados levantaron la mano en respaldo a la candidatura del actual presidente, Domingo García. Mientras, cientos apoyaron a Lizardi.

García tenía previsto enfrentarse a Lizardi, pero no compareció a la actividad, ya que indicó, en un comunicado a la membresía, que la asamblea quedaba cancelada debido a la orden del tribunal. La elección de ayer definiría 12 puestos directivos de LULAC, incluida la presidencia.

“LULAC no se vende, ni se renta y no dejaremos que la corrupción del PNP manche el buen nombre de nuestra organización. Como presidente, mi objetivo es confrontar y resistir cualquier fuerza interna o externa que intente poner a LULAC bajo su dirección a través de medios corruptos”, expresó, por su parte, García en declaraciones escritas.

LULAC es una organización que promueve la defensa de los derechos civiles y demás servicios esenciales de los hispanoamericanos a través de programas comunitarios que operan en más de 1,000 consejos en todo Estados Unidos.

Los miembros de la entidad que llevaron la demanda en Texas aludieron a las imputaciones éticas que se hicieron la pasada década en contra de Elsie Valdés, madre de Lizardi, por supuestamente solicitar donativos a contratistas del gobierno para financiar un viaje a una conferencia de LULAC. Lizardi defendió a su madre y dijo que, en ese entonces, salió absuelta. “Quisiera que me presentaran evidencia”, señaló el candidato puertorriqueño.

Por su parte, García indicó que ayer suspendió indefinidamente a la directora ejecutiva nacional de LULAC, Sindy Benavides, a raíz de una investigación en curso sobre “denuncias de corrupción y conspiración en su capacidad con otras personas que intentan tomar el control de LULAC para sus fines políticos ilegalmente”.

Lo que firmaron las personas presentes fue un documento, parecido a una declaración jurada, en la que respaldaban, “bajo pena de perjurio”, la elección de Lizardi como presidente nacional de LULAC.

“Todo era en contra de las elecciones para detener este proceso. Un proceso que fue detenido simple y sencillamente porque el actual presidente nacional de LULAC no tenía los votos necesarios, no tenía los votos ni cercanos, ni siquiera para ser reelecto”, dijo, por su parte, Lizardi.

Mientras tanto, el exsecretario de Estado Kenneth McClintock aseguró que el presidente actual no tenía posibilidades de salir electo. Asimismo, indicó que los delegados que asistieron de diversas partes de Estados Unidos invirtieron recursos para participar de la convención y culminarla votando por una nueva directiva.

“Él (García) no compareció aquí para abrir la asamblea. Sin embargo, aquí hay alrededor de 900 a 1,000 delegados de los 1,465 que se habían sido certificados ayer (viernes). El ‘temporary restraining order’ (TRO) prohíbe la elección, pero no prohíbe que la asamblea se reúna, así que no habría razón para suspender la asamblea”, señaló McClintock, miembro de LULAC.

Subrayó que esta es la primera convención nacional que se celebra después de la pandemia de COVID-19. La actividad fue en el tercer piso del Centro de Convenciones de Puerto Rico.