Lula da Silva confirmó acercamientos con Estados Unidos para negociar los aranceles y destacó el “tono amable” de Trump

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, confirmó este jueves los primeros acercamientos con Estados Unidos para negociar los recientes aranceles impuestos por Washington a las exportaciones brasileñas, al tiempo que reconoció haberse sorprendido por la “amabilidad” del presidente Donald Trump durante su conversación telefónica de principios de semana. La noticia, relevante para las relaciones bilaterales y la economía de ambos países, marca un giro diplomático tras meses de tensiones.

En declaraciones recogidas por Radio Piata, Lula da Silva manifestó que el miércoles tuvo lugar una conversación telefónica entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el canciller brasileño, Mauro Vieira.

Según el mandatario brasileño, con este contacto formal “comienza una nueva etapa” en la relación bilateral. “Brasil no quiere pelear con Estados Unidos”, afirmó Lula en la entrevista.

El cambio de tono llega luego de meses de reproches entre las dos administraciones. Las hostilidades arancelarias comenzaron en julio, cuando la administración de Trump impuso un arancel del 40% a las exportaciones brasileñas, que se suma a un impuesto anterior del 10%. Esta decisión colocó a Brasil junto a India como uno de los países más afectados por esas medidas de protección comercial estadounidenses, con impactos negativos señalados por ambos gobiernos.

Según declaraciones de Lula publicadas por la oficina presidencial de Brasil, el presidente sudamericano solicitó formalmente a Trump “quitar los aranceles o, al menos, rebajar las tasas de hasta el 40% que ha impuesto a las exportaciones brasileñas”. Además, Lula pidió la retirada de sanciones contra altos funcionarios brasileños, sanciones que Estados Unidos relacionó con el procesamiento judicial del ex presidente Jair Bolsonaro, condenado el mes pasado a 27 años de prisión por delitos de golpe de Estado y rebelión.

La Casa Blanca dio a conocer que la llamada entre Lula y Trump fue “cordial” y que buscó enfriar las disputas comerciales y diplomáticas surgidas tras la sentencia a Bolsonaro. En una posterior declaración en Truth Social, Trump afirmó que la charla, que duró unos treinta minutos, se centró en el comercio y la economía, y anunció más encuentros futuros.

El discurso conciliador fue confirmado por Lula a la emisora local. “Me llamó de la manera más amable en que un ser humano puede tratar a otro”, relató el mandatario, quien remarcó la importancia de que ambos países, “las dos mayores democracias de Occidente”, den ejemplo al mundo “con una relación cordial”.

Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos detalló en un comunicado que Rubio y Vieira acordaron reunirse próximamente en Washington, con el objetivo de avanzar en la creación de un mecanismo bilateral que promueva los intereses económicos comunes y aborde otras prioridades regionales. Una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil confirmó que se buscará continuar las negociaciones en la capital estadounidense, aunque la fecha de la reunión aún no está definida.

En el plano electoral, Lula aprovechó su presencia en Bahía para reiterar su disposición a competir en las elecciones presidenciales de 2026, aunque aclaró que la decisión dependerá de las “fuerzas” con las que cuente el próximo año. De cara al futuro, el presidente puntualizó que no busca establecer preferencias unilaterales en política exterior, manifestando la intención de Brasil de seguir fortaleciendo su vínculo con China y defendiendo el “multilateralismo”.

En la inauguración de las instalaciones del fabricante chino de automóviles BYD en Camaçari, Lula declaró que quiere “una relación civilizada con el mundo”, al tiempo que criticó las prácticas estadounidenses que, según él, imponen barreras a las exportaciones brasileñas “en base a cosas que no eran ciertas”. Insistió en que el problema con Estados Unidos “se resolverá” y reafirmó que “no queremos estar mal con ningún país”.