La OTAN manifestó este martes su preocupación por el acercamiento entre Rusia y Corea del Norte, que podría verse fácilmente traducido en un apoyo a los respectivos programas armamentísticos, específicamente al de Kim Jong-un en materia nuclear, que lleva meses en expansión.
El secretario general, Jens Stoltenberg, dijo durante una rueda de prensa que “por supuesto, nos preocupa el posible apoyo de Rusia a Corea del Norte en lo que respecta a sus programas nucleares y de misiles”, justo el mismo día en el que Vladimir Putin inició su viaje a Pyongyang, el primero en 24 años, y meses después de que, en marzo, el Kremlin hiciera uso de su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin al sistema de seguimiento de las sanciones sobre Pyongyang.
Al igual que él, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, advirtió que “lo que nos preocupa es la profundización de la relación entre estos dos países”.
Desde hace meses, la comunidad internacional lleva expresando su miedo por el fortalecimiento de la capacidad nuclear de Pyongyang, que cada vez realiza más lanzamientos y pruebas de misiles de diversos tipos, y obtiene conocimiento clave de naciones aliadas. Inclusive, nueve meses atrás fue Kim quien visitó Rusia y halagó a su par.