Bajo el título Población, educación y desarrollo sostenible, la Comisión de Población y Desarrollo ha iniciado su ha iniciado su 56 periodo de sesiones con el objetivo debatir sobre el impacto que tiene la educación sobre la población y el desarrollo sostenible.
Durante su discurso de apertura en la Comisión, que sesionará hasta el 14 de abril en Nueva York, la vicesecretaria general de la ONU ha declarado que “nos enfrentamos a una triple crisis en la educación: la de la equidad y la inclusión, la de la calidad y la de la pertinencia para dotar a las generaciones actuales y futuras de las competencias que necesitan para prosperar en un mundo en rápida transformación”.
“A pesar de muchas promesas y algunos avances, hay 263 millones de niños y jóvenes sin escolarizar, el 60% de ellos con edades comprendidas entre los 15 y los 17 años”, añadió. Además, casi el 70% de los niños de los países más pobres son incapaces de comprender un texto básico a los 10 años, muchos de ellos debido a los efectos de la pobreza y la malnutrición.
Por todo ello, Amina J. Mohammed ha instado a los Estados a adoptar acciones específicas para ofrecer una educación en la primera infancia y un aprendizaje permanente para todos.
“Necesitamos iniciativas que preparen a todos los alumnos para el cambio climático y los conecten a internet y a las innovaciones digitales (…) Tenemos que permitir que los niños y jóvenes afectados por las crisis accedan a una educación de calidad, empoderando a todos los jóvenes para que contribuyan eficazmente a nuestro futuro colectivo”.
Desigualdad de género, también en la educación
En relación con la desigualdad de género, la vicesecretaria ha hecho referencia a cómo la educación de mujeres y niñas ayuda a “reducir los riesgos de matrimonio infantil, mutilación genital femenina y violencia de género” y “contribuye a reducir las tasas de fertilidad, a obtener mejores resultados durante el parto, a aumentar la autonomía de las mujeres y las niñas en la toma de decisiones y a incrementar el acceso al empleo”.
En este sentido, la directora ejecutiva del Fondo de Población ha añadido que la educación permite a las mujeres planificar el número de hijos y cuidar de su salud de una mejor manera. “Es más probable que recurran a la atención prenatal, vacunen a sus hijos y acudan a los servicios sanitarios cuando ellas o sus hijos necesiten atención”.
Natalia Kanem declaró además que con una educación “es más probable que participen en el mercado laboral formal y que obtengan mayores ingresos”, y sin embargo, las mujeres constituyen dos tercios de los 770 millones de adultos que no saben leer ni escribir.
“La ayuda oficial al desarrollo para la educación debe aumentar, junto con un mayor apoyo nacional para reforzar los sistemas educativos, complementado con políticas de apoyo, un entorno político, jurídico y social propicio, el acceso digital universal y las condiciones pacíficas para que los estudiantes prosperen”, afirmó la directora.
La educación, sinónimo de integración y bienestar
Por su parte, el secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU hizo referencia a la educación como herramienta que permite el desarrollo de las capacidades mentales y físicas y que proporciona la información y las competencias necesarias para tomar decisiones individuales y colectivas con conocimiento de causa.
La educación “nos enseña a respetar las opiniones y los valores de los demás, incluso cuando difieren de los nuestros, y amplía las vías para la participación de todos, en sociedades más integradoras”, dijo Li Junhua.
Además, aseguró que la educación “puede ofrecer a las personas una vía para salir de la pobreza, tanto a ellas mismas como a sus familias”, y por otra parte “dotarnos de los conocimientos y las herramientas necesarios para salvaguardar el medio ambiente y afrontar las consecuencias del cambio climático”.
Por último, Junhua hizo referencia a la importancia de que los migrantes tengan acceso a la educación. “Tenemos que garantizar que nadie se quede atrás. Esto incluye proporcionar a los migrantes acceso a la educación básica y el reconocimiento de sus credenciales, que son fundamentales para su integración en los países de acogida y para maximizar los beneficios de la migración para el desarrollo”, finalizó.
Durante el último discurso de apertura, el director general adjunto de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) hizo referencia a una doble crisis, de aprendizaje y de bienestar, como consecuencia de la pandemia del COVID-19, el cambio climático y el aumento de la inseguridad alimentaria, las cuales “han agravado aún más las desigualdades y la exclusión de tantas personas de una educación de calidad”.
Xing Qu insistió en que el aprendizaje no termina cuando un menor sale del aula de clase. “Debemos promover también el aprendizaje a lo largo de toda la vida, para todos: para la ciudadanía activa, la empleabilidad, la salud y el bienestar, y la cohesión de nuestras comunidades”.