La Asamblea General de la ONU adoptó este miércoles por consenso una resolución en la que solicita a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una opinión consultiva sobre las obligaciones de los Estados con respecto al cambio climático.
El texto, que busca establecer bases legales para la justicia climática, fue promovido por Vanuatu, uno de los Estados insulares más vulnerables del planeta al cambio climático, y fue coauspiciado por más de un centenar de países.
La resolución pide la opinión de la Corte Internacional de Justicia en cuanto a las consecuencias jurídicas que los Estados deben afrontar por sus “actos y omisiones que hayan causado daños significativos al sistema climático y a otros elementos del medio ambiente”, perjudicando en particular a los pequeños Estados insulares en desarrollo, que, “debido a sus circunstancias geográficas y a su nivel de desarrollo, son especialmente afectados por los efectos adversos del cambio climático o son más vulnerables a ellos”.
El documento también pregunta a la CIJ “cuáles son las obligaciones que tienen los Estados en virtud del derecho internacional de garantizar la protección del sistema climático y otros elementos del medio ambiente frente a las emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero en favor de los Estados y de las generaciones presentes y futuras.”
Se cierra la ventana
La iniciativa de Vanuatu, país del Pacífico Sur que fue golpeado este mes por dos ciclones de categoría 4 en tres días, se produjo después de que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtiera en su más reciente informe que todavía es posible limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 °C para fines de siglo con respecto a los niveles preindustriales, pero que cada vez queda menos tiempo para hacerlo.
Ese estudio argumentó que el cambio climático causado por el hombre ya está afectando muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo.
Presente en la sesión de la Asamblea General, el Secretario General de la ONU se dirigió al pleno para recordar que la ventana para evitar los peores impactos de la crisis climática se está cerrando rápidamente.
“Los que menos contribuyeron a la crisis climática ya se enfrentan a un clima infernal y aguas elevadas. Para algunos países, las amenazas climáticas son una sentencia de muerte”, recordó, y mencionó que fue precisamente la iniciativa de esos países la que condujo a votar la resolución.
Las opiniones de la Corte impactan el orden jurídico internacional
Guterres afirmó que las opiniones de la CIJ, el principal órgano judicial de la ONU, tienen una importancia enorme y pueden impactar el orden jurídico internacional.
Subrayó que dicha opinión ayudaría a la ONU y los Estados miembros a emprender la acción climática más audaz y fuerte que el mundo necesita “desesperadamente”.
También podría guiar las relaciones entre los Estados y de éstos con sus ciudadanos, dijo.
El titular de la ONU reiteró una vez más que la justicia climática es un imperativo moral y un requisito para la acción climática.
“La crisis climática sólo se puede superar a través de la cooperación entre pueblos, culturas, naciones, generaciones. Pero la creciente injusticia climática alimenta las divisiones y amenaza con paralizar la acción climática mundial”, advirtió.
Guterres consideró que para quienes ya están pagando el precio del calentamiento global sin haberlo causado, la justicia climática es tanto un reconocimiento vital como una herramienta: “Un reconocimiento de que todas las personas de nuestro planeta tienen el mismo valor, y una herramienta para construir resiliencia frente a los crecientes impactos climáticos”.
Para el Secretario General, el mundo nunca ha estado mejor equipado que ahora para resolver la crisis climática.
“Hagamos juntos el trabajo. Nada es más poderoso que una idea cuyo tiempo de ejecución ha llegado. Ahora es el momento de la acción climática y la justicia climática”, concluyó António Guterres.
Resolución histórica
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos reaccionó desde su oficina en Ginebra a la decisión de la Asamblea, acogiendo con beneplácito la “histórica resolución”, que, aseveró, responde a las “súplicas de los pequeños Estados insulares cuya existencia misma está en peligro”.
“La opinión consultiva tendrá un enorme potencial para enfocar más claramente tales obligaciones, incluso hacia las personas en situaciones vulnerables, y en la cooperación internacional, así como para brindar orientación para las políticas y los litigios futuros. Esto podría ser un catalizador importante para la acción climática urgente, ambiciosa y equitativa que se necesita para detener el calentamiento global y limitar y remediar los daños a los derechos humanos inducidos por el clima”, puntualizó Volker Türk en un comunicado.
Türk resaltó el compromiso de la sociedad civil y específicamente de los jóvenes del Pacífico Sur con la campaña de Vanuatu que culminó con la aprobación de la resolución.
El Alto Comisionado señaló que la entidad que encabeza ha documentado extensamente los impactos del cambio climático en los derechos humanos y ha establecido las obligaciones de derechos humanos de los Estados y otros actores.
“Los Estados tienen la obligación de mitigar y adaptarse, y abordar las pérdidas y los daños resultantes del cambio climático. Esperamos poder compartir esta experiencia en este proceso tan importante ante la Corte Internacional de Justicia. En última instancia, se trata del patrimonio común de la humanidad, para las generaciones presentes y futuras”, acotó Türk.