Miles de rescatistas bloquearon este jueves carreteras y escarbaron entre los escombros con la esperanza de encontrar a decenas de personas reportadas como desaparecidas tres días después del devastador terremoto que dejó al menos 81 muertos en Japón.
Cientos de personas permanecen incomunicadas en más de una decena de comunidades en la prefectura de Ishikawa, en el centro de Japón, epicentro del sismo de magnitud 7,5 que sacudió el país el lunes.
El gobernador regional, Hiroshi Hase, recordó en una reunión que a partir de las 16H00 (07H00 GMT), 72 horas después del sismo, “se dice que la tasa de supervivencia de las personas que necesitan ser rescatadas desciende rápidamente”.
El primer ministro, Fumio Kishida, subrayó que el sismo suponía la “peor catástrofe” desde 2019 y que el acceso a la zona afectada había sido “extremadamente difícil”.
El poderoso temblor, seguido de cientos de réplicas, dejó al menos 330 heridos, según el balance oficial. Las autoridades publicaron el jueves una lista de 79 personas cuyo paradero no ha sido confirmado.
La AFP presenció escenas de destrucción en las localidades costeras de Anamizu y Wajima, con autos aplastados bajo el concreto derruido y fachadas arrancadas de los edificios. Miles de soldados, bomberos y policías de todo Japón escarbaban entre los escombros de casas de madera colapsadas y edificios comerciales derribados en busca de señales de vida. En su labor les ayudaron perros rastreadores.
La situación de emergencia
En la ciudad de Nanao, la policía que controla el tráfico dijo a los conductores que le está dando prioridad a los vehículos de emergencia en una de las principales carreteras de acceso a Wajima, donde ocurrió el incendio que destruyó una zona de casas tradicionales de madera.
En una gasolinera cercana había una larga fila de autos en espera de que abriera la mañana del jueves. Hasta ahora no se ha reportado escasez de combustible, pero trabajadores de las estaciones dijeron a la AFP que estaban racionando la gasolina.
El lunes, las réplicas del sismo provocaron olas de 1,2 metros de altura en Wajima y tsunamis menores en otros sitios. Japón experimenta cientos de movimientos telúricos cada año y en su mayoría no causan daños debido a sus estrictos códigos sísmicos de construcción.
El país todavía recuerda el trauma provocado por un terremoto de magnitud 9,0 en 2011 que generó un destructivo tsunami que barrió las costas del noreste y dejó cerca 18.500 muertos o desaparecidos. Este desastre provocó un accidente nuclear en la central de Fukushima, el peor desde la catástrofe de Chernóbil en 1986.