Al menos 1.078 migrantes, de los cuales 74 eran menores de edad, han fallecido o desaparecido en el continente americano en lo que va de año, según indican las estadísticas actualizadas del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El proyecto, que lleva a cabo un seguimiento actualizado de los siniestros en rutas de migración de todo el mundo, indica que la cifra está todavía por debajo de la registrada en 2022 (1.457), al contrario de lo que sucede con la de migrantes muertos y desaparecidos en el cruce del mediterráneo (2.480 en lo que va de año).
En cuanto a las rutas migratorias en América desde 2014, el año en el que la OIM puso en marcha el sistema de seguimiento, han muerto o desaparecido 8.543 migrantes, de ellos 4.852 en el cruce de la frontera mexicano-estadounidense, 503 en el Caribe viajando hacia EE. UU., 342 en el Darién, la región panameña limítrofe con Colombia, y 328 en el cruce marítimo de República Dominicana a Puerto Rico.
Además, murieron o desaparecieron 187 migrantes que trataban de llegar desde Venezuela a islas del Caribe, 64 que iban desde Haití a República Dominicana y 17 en travesías por el Caribe hacia Centroamérica.
Las estadísticas actualizadas indican que el año más cruento en las rutas migratorias americanas fue hasta ahora 2022, con 1.457 muertos o desaparecidos, seguido de 2021, con 1.316, mientras que el año del periodo estudiado en el que hubo menos víctima fue 2014 (493).
Incluso a falta de más de un mes para el final de año se trata ya de la tercera peor cifra anual de víctimas en esa ruta desde que en 2014 la OIM comenzara a monitorear estos incidentes a nivel global a través de su Proyecto Migrantes Desaparecidos, solo por detrás de los números de 2021 (1.126 muertos y desaparecidos) y 2020 (877).
La ruta es además la tercera con más víctimas de todas las existentes en África con excepción de las que cruzan el Mediterráneo: desde 2014 han fallecido en travesías hacia Canarias al menos 3.722 personas, cifra sólo superada en la región por los 6.084 que perecieron al intentar cruzar el desierto del Sáhara.
La ruta desde Marruecos y el África occidental hacia las Canarias, utilizada por migrantes desde al menos los últimos 30 años, “es extremadamente peligrosa debido en gran parte a las grandes distancias y la falta de operaciones de búsqueda y rescate”, analiza la OIM.
Esas travesías de días o incluso semanas, en barcos a menudo no equipados con suficientes alimentos y agua, han causado cientos de muertes a los migrantes a menudo por hambre o deshidratación, indica OIM, que afirma que las cifras registradas por su programa son conservadoras y en realidad podrían ser mucho mayores.