La Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos establece que es un delito menor no portar un documento de identificación cuando se le solicita a un ciudadano extranjero, y esto incluye a los beneficiarios de la green card. Esta tarjeta, que otorga la residencia permanente en el país, es un elemento indispensable que debe ser llevado consigo en todo momento.
La consecuencia directa de no cumplir con esta obligación puede ser una multa de hasta US$100 o incluso hasta 30 días de prisión, de acuerdo con el Código de Estados Unidos. Aunque la multa no es de aplicación obligatoria, los agentes de inmigración tienen la autoridad para imponerla si consideran que el beneficiario no tiene una razón válida para no portar la tarjeta.
Es importante destacar que esta medida no afecta la vigencia ni la validez de la green card. Incluso en caso de recibir una multa, la residencia permanente no se ve comprometida. Sin embargo, para evitar complicaciones innecesarias, se recomienda encarecidamente llevar consigo la tarjeta en todo momento, especialmente al salir de la ciudad o del estado.
La recomendación de portar la green card cobra mayor relevancia cuando se tiene en cuenta que la multa no es un requerimiento automático. Los agentes de inmigración pueden evaluar las circunstancias y decidir no imponerla si existen razones atenuantes. Por ejemplo, si el beneficiario puede demostrar que olvidó la tarjeta en casa o que la perdió recientemente, es posible que el agente opte por no aplicar la sanción.