En una nueva confrontación entre el empresario tecnológico Elon Musk y el gobierno australiano, el propietario de la plataforma X, cuestionó enérgicamente una iniciativa legislativa que busca prohibir a menores de 16 años el acceso a redes sociales. “Parece un intento velado de controlar el acceso a Internet para todos los australianos”, escribió el magnate en su cuenta.
El mecanismo planteado incluye el uso de herramientas como la biometría o identificaciones oficiales emitidas por el gobierno para garantizar que los usuarios cumplan con los requisitos de edad. En caso de incumplimiento, las empresas enfrentan sanciones económicas que podrían alcanzar hasta 50 millones de dólares australianos (32,5 millones de dólares estadounidenses) si se detectan violaciones sistemáticas.
Aunque varios países han intentado limitar el acceso de menores a estas plataformas, la propuesta australiana es especialmente ambiciosa. A diferencia de normativas en países como Estados Unidos, que solo requieren el consentimiento de los padres para recopilar datos de menores de 13 años, esta ley establece una barrera más estricta y sin excepciones, con la edad mínima fijada en 16 años, incluso para cuentas ya existentes.
La respuesta a Elon Musk
El gobierno de Australia rechazó categóricamente las afirmaciones de Musk, quien sugirió que la nueva legislación sobre redes sociales es un “método encubierto para controlar el acceso a Internet de todos los australianos”. Según el ministro del Tesoro, Jim Chalmers, los comentarios del empresario no sorprenden.
“El hecho de que Elon Musk no esté encantado con nuestras medidas para proteger a los niños en línea no es una sorpresa para nosotros, ni nos preocupa en lo más mínimo”, declaró Chalmers a los medios locales.
El ministro resaltó que la prioridad del gobierno no es diseñar políticas digitales que agraden a figuras como Musk, sino implementar protecciones efectivas para los menores. “Nuestra tarea es garantizar la seguridad de los niños en línea, no satisfacer las opiniones de un multimillonario”, añadió.
Este intercambio amplía las tensiones existentes entre Musk y las autoridades australianas, quienes anteriormente han enfrentado al empresario por cuestiones relacionadas con la moderación de contenido y la difusión de información en redes sociales.
Una relación marcada por tensiones
El enfrentamiento actual entre Elon Musk y el gobierno australiano no es un hecho aislado, sino parte de un historial de disputas relacionadas con la regulación de contenido en redes sociales y la difusión de información. En abril, el magnate acusó a las autoridades australianas de censura luego de que un tribunal ordenara la eliminación de contenido gráfico relacionado con un ataque con cuchillo contra un obispo en Sídney, el cual había sido transmitido en línea. Aunque el caso fue posteriormente archivado, la controversia marcó un momento clave en la relación tensa entre ambas partes.
El primer ministro Anthony Albanese no tardó en responder en aquella ocasión, calificando a Musk como “un multimillonario arrogante que cree estar por encima de la ley”. Meses después, en septiembre, el CEO de Tesla volvió a criticar al gobierno australiano, llamándolos “fascistas” debido a sus planes para combatir la desinformación en línea.
Estas declaraciones generaron reacciones encontradas y reforzaron la percepción de una creciente distancia entre el enfoque regulador de Australia y la postura de Musk como defensor autoproclamado de la libertad de expresión.