El Consejo de Seguridad está preocupado por la expansión de los asentamientos israelíes en Palestina

El Consejo de Seguridad reafirmó este lunes, en una declaración presidencial su “profunda preocupación y consternación” por el anuncio del Gobierno de Israel de continuar “la construcción y expansión de los asentamientos”.

La declaración, leída al inicio de una sesión dedicada a la situación en el Oriente Medio, extiende esa preocupación a la pretensión de “legalización” de los puestos de avanzada de los asentamientos en Cisjordania.

Según el texto, los integrantes del órgano de seguridad subrayan “la necesidad de que todas las partes cumplan sus obligaciones y compromisos internacionales”.

También muestran su firme oposición “a toda medida unilateral que impida la paz”, incluida “la construcción y expansión de asentamientos por Israel, la confiscación de tierras de palestinos y la ‘legalización’ de puestos de avanzada de asentamientos, la demolición de viviendas de palestinos y el desplazamiento de civiles palestinos”.

En similares términos se expresó el coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz de Oriente Medio, Tor Wennesland, que destacó la oposición generalizada de la Autoridad Palestina y de miembros de la comunidad internacional a la decisión del Ejecutivo israelí.

“Estos puestos avanzados aumentan la extensión de los asentamientos y crean puntos de fricción en la Cisjordania ocupada”, señaló y, a su vez, recordó que “los asentamientos israelíes, incluidos los puestos avanzados, son ilegales según el derecho internacional y siguen siendo un obstáculo sustancial para la paz”.

Wennesland expresó su preocupación por el significativo aumento de las demoliciones, sobre todo en Jerusalén Este, e instó a Israel a detener estas prácticas “de acuerdo con sus obligaciones al respecto”.

La violencia sube a niveles no vistos en 20 años

El coordinador especial también indicó que entre Israel y Palestina se está produciendo “un repunte de la violencia que incluye algunos de los incidentes más mortíferos en casi 20 años” y expresó su inquietud ante la posibilidad de que los acontecimientos sobre el terreno continúen con una “trayectoria negativa”, y sigan “ganando en ritmo e intensidad”.

“Al mismo tiempo, las acciones unilaterales están distanciando aún más a las partes, exacerbando las tensiones e impulsando el conflicto. Se requieren esfuerzos inmediatos para reducir la tensión. Pero restablecer la calma no es de por sí una fórmula para progresar”, aclaró.

Wennesland declaró que la ONU, junto a sus socios regionales y nacionales, se ha comprometido intensamente con todas las partes para evitar una escalada de la situación y llamó a las partes a esforzarse para garantizar la seguridad mediante la adopción de medidas políticas que puedan frenar el retroceso negativo y restaurar la esperanza y las perspectivas de una solución viable de dos estados.

Los refugiados palestinos, al borde de la catástrofe

Por su parte, la comisionada general adjunta del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA), Leni Stenseth, explicó que un número creciente de refugiados palestinos de la región “se encuentra al borde de la desesperación”.

“Los múltiples conflictos en crisis, la interminable ocupación, las ramificaciones socioeconómicas de la pandemia COVID 19 y el aumento de los precios mundiales de los alimentos y el combustible provocado por el conflicto en Ucrania han sumido en la pobreza a un número cada vez mayor de refugiados palestinos”, alertó.

Stenseth se sumó al llamado de Wenneslannd a reducir la violencia y explicó que ésta dificulta las operaciones del Organismo en Cisjordania “y supone una pesada carga para los refugiados de Palestina a los que servimos”.

La comisionada adjunta destacó que los refugiados palestinos en el norte de Cisjordania son particularmente vulnerables a la violencia y las tensiones, que a veces interrumpe los servicios críticos del Organismo, incluyendo sus centros de salud.

Los espacios urbanos dentro y alrededor de los campos de refugiados densamente poblados no deben ser utilizados para enfrentamientos con armas automáticas y gases lacrimógenos. Los niños, incluidos los refugiados, están lejos de ser inmunes a la espiral de violencia que ha creado un ambiente explosivo y peligroso de miedo, ira, desesperación y desesperanza”, describió.

Por último, recordó que los años de bloqueo y conflicto en Gaza han aislado a su población del resto del mundo, “creando una tragedia humana difícil de describir”, y cifró en más del 80% el número de refugiados palestinos pobres.

Además, “casi la mitad” de niños palestinos no asisten a las escuelas de Gaza con “síntomas de trauma”, unas “cicatrices que pueden acompañarlos el resto de sus vidas”.

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