Durante su campaña, el presidente electo Donald Trump expresó desprecio hacia el Departamento de Educación federal, describiéndolo como infiltrado por “radicales, fanáticos y marxistas”.
Ha elegido a Linda McMahon, una ex ejecutiva de lucha libre, para liderar el departamento. Pero, como muchos políticos conservadores antes que él, Trump ha pedido la desmantelación total del departamento, una tarea engorrosa que probablemente requeriría acción del Congreso.
El principal papel de la agencia es financiero. Anualmente, distribuye miles de millones en fondos federales a colegios y escuelas y gestiona la cartera de préstamos estudiantiles federales. Cerrar el departamento significaría redistribuir cada una de esas funciones a otra agencia. El Departamento de Educación también juega un importante papel regulador en servicios para estudiantes, que abarca desde aquellos con discapacidades hasta niños de bajos ingresos y sin hogar.
De hecho, el dinero federal para la educación es central en los planes de Trump para colegios y escuelas. Trump ha prometido cortar los fondos federales para escuelas y colegios que promuevan “la teoría crítica de la raza, la demencia transgénero y otros contenidos raciales, sexuales o políticos inapropiados” y premiar a los estados y escuelas que terminen con la tenencia de los profesores y promulguen programas universales de elección escolar.
La financiación federal constituye una parte relativamente pequeña de los presupuestos de las escuelas públicas, aproximadamente el 14%. Las universidades y colegios dependen más de ella, a través de subvenciones para investigación junto con la ayuda financiera federal que ayuda a los estudiantes a pagar sus matrículas.
Aquí se presenta una mirada a algunas de las funciones del departamento y cómo Trump ha dicho que podría abordarlas.
Préstamos estudiantiles y ayuda financiera
El Departamento de Educación gestiona aproximadamente 1,5 billones de dólares en deuda de préstamos estudiantiles para más de 40 millones de prestatarios. También supervisa la Beca Pell, que proporciona ayuda a estudiantes por debajo de un cierto umbral de ingresos, y administra la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA), que las universidades utilizan para asignar la ayuda financiera.
La administración Biden ha hecho de la cancelación de préstamos estudiantiles un esfuerzo distintivo del trabajo del departamento. Desde que el intento inicial de Biden de cancelar los préstamos estudiantiles fue anulado por la Corte Suprema, la administración ha perdonado más de 175.000 millones de dólares a más de 4,8 millones de prestatarios a través de una serie de cambios en los programas que administra, como el Perdón de Préstamos por Servicio Público.