La celebración del Super Bowl LIX en el Caesars Superdome de Nueva Orleans se convirtió en un hecho sin precedentes en la historia del gran juego, toda vez que contó con la presencia de Donald Trump en las gradas, por lo que se convirtió en el primer mandatario en funciones de los Estados Unidos en asistir al partido final de la NFL como espectador.
Desde que se instauró el juego en 1967, ninguno de los anteriores 10 presidentes con el cargo había decidido asistir en persona, y mucho menos tener una participación activa dentro del evento, ni siquiera el propio Trump en su primer periodo presidencial entre 2017 y 2021.
Hasta hoy, los mandatarios se habían limitado a participar de manera simbólica, con la tradicional llamada de felicitación al vestidor del equipo ganador al terminar el juego, además de la posterior visita oficial a la Casa Blanca. Sin embargo, hubo una pequeña excepción en 1986, donde el presidente Ronald Reagan participó en una transmisión vía satélite para hacer el lanzamiento de moneda previo.
Un presidente cercano al deporte
Una vez que llegó al recinto, Donald Trump hizo gala de su impresionante dispositivo de seguridad, con el cual atravesó diferentes zonas de la cancha para saludar a todo el mundo, desde periodistas y miembros del staff del partido, hasta jugadores como Chris Jones, defensivo de Kansas City Chiefs, así como a miles de fanáticos en las tribunas
De igual forma, participó en un solemne acto mediante el cual saludó a varios familiares de las víctimas fatales del ataque del 1 de enero en Bourbon Street, así como con personal de emergencias que atendieron los estragos de aquel desafortunado incidente.
