
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el domingo que su gobierno prevé mantener suspendidas las decisiones de asilo “por mucho tiempo”, en respuesta al ataque que un ciudadano afgano perpetró contra dos miembros de la Guardia Nacional en las inmediaciones de la Casa Blanca. Uno de los uniformados murió y el otro permanece hospitalizado en estado crítico, según la información difundida esta semana por las autoridades estadounidenses.
Trump evitó fijar un plazo para la reinstalación del sistema habitual de revisión de solicitudes, y señaló que no tenía “un límite de tiempo” en mente. De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la medida está vinculada a una lista de 19 países sometidos a restricciones de viaje hacia Estados Unidos, aunque el gobierno no detalló modificaciones concretas en la clasificación existente.
El caso se inscribe en un contexto de creciente presión del Ejecutivo para reforzar los controles migratorios y los criterios de elegibilidad en materia de asilo. La suspensión de decisiones afecta a un sistema que, según datos oficiales previos del DHS, ya operaba bajo tensiones estructurales por la acumulación de casos, el aumento de solicitudes y la falta de capacidad administrativa para responder con rapidez.
Las autoridades federales han descrito el ataque como un episodio que refuerza la necesidad de revisar los protocolos de admisión y el nivel de escrutinio aplicado a solicitantes procedentes de países considerados de “especial preocupación”.
Joseph Edlow, director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), anunció el viernes en la noche que su agencia “frenó todas las decisiones de asilo” hasta que el gobierno pueda “garantizar que cada extranjero sea evaluado y examinado al máximo grado posible”.
La declaración de Edlow se produjo un día después que Trump anunciara planes para “pausar permanentemente la migración de todos los países del tercer mundo para permitir que el sistema estadounidense se recupere por completo”.
Mientras tanto, el secretario de Estado, Marco Rubio, dijo el viernes que el país detuvo temporalmente la emisión de visas para todas las personas que viajan con pasaportes afganos.
Miembros de la Guardia Nacional patrullan el National Mall cerca del monumento a Lincoln, el viernes 28 de noviembre de 2025, en Washington (AP Foto/Rahmat Gul)
“Estados Unidos no tiene una prioridad más alta que proteger nuestra nación y a nuestra gente”, dijo.
El tiroteo ha reavivado tres asuntos políticamente explosivos: el uso que hace Trump de los militares dentro del país, la inmigración y el legado de la guerra de Estados Unidos en Afganistán.
El autor de los disparos, identificado por las autoridades como Rahmanullah Lakanwal, de 29 años, fue miembro de las “unidades cero” de los servicios afganos, un grupo antiterrorista respaldado por la CIA, según medios estadounidenses.
Lakanwal ingresó a Estados Unidos como parte de un programa de reasentamiento tras la retirada militar estadounidense de Afganistán en 2021.
Jeanine Pirro, la fiscal federal para Washington, dijo el viernes que el hombre será acusado de asesinato por el ataque.
En la víspera del Día de Acción de Gracias, Lakanwal disparó con un revólver Smith & Wesson .357 contra un grupo de guardias que patrullaban cerca de la Casa Blanca, de acuerdo con la fiscal Pirro.
Su ataque dejó dos heridos: Sarah Beckstrom, de 20 años, y Andrew Wolfe, de 24.
Beckstrom, una integrante de la Guardia Nacional de Virginia Occidental, murió el jueves como consecuencia de sus heridas.
Wolfe seguía “luchando por su vida”, según Trump.
Ambos habían sido desplegados en la capital estadounidense como parte de la ofensiva del gobierno federal contra el crimen.