Este 1 de Agosto ha dado inicio la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), este martes a las siete de la tarde arrancó oficialmente a la espera de que mañana miércoles llegue el Papa Francisco para acompañar al millón de peregrinos.
El cardenal Manuel Clemente, presidió una multitudinaria misa en el Parque Eduardo VII, rebautizado como Colina del Encuentro para estos días, donde dio la bienvenida a los más de 200.000 jóvenes que ya están disfrutando de las más de 600 actividades distribuidas en un centenar de sedes que se han preparado para ellos, entre catequesis, conciertos, obras musicales, exposiciones, danza, vigilias de oración y más.
El cardenal Clemente se dirigió a los presentes desde un altar diseñado por el arquitecto João Matos, el cual 40 metros de ancho y 24 metros de alto. La obra, con un coste de unos 450.000 euros, cuenta con el apoyo íntegro de la Fundación JMJ Lisboa 2023, con el apoyo de una entidad privada.
“Bienvenidos a todos, bienvenidos también en la amplitud ecuménica, interreligiosa y de buena voluntad que guardan estos días y que hoy nos reúnen. Deseo que se sientan como en casa en esta casa común”, declaró el purpurado.
El lema de este año es “María se levantó y partió sin demora”, tomado del Evangelio de Lucas y que hace referencia a la actitud de servicio de la Virgen cuando, embarazada, decidió dejar su casa para ayudar a su prima Isabel, que también esperaba un hijo: el futuro Juan Bautista.
“Cuando le dije al Papa Francisco que ese era precisamente el lema de nuestra Jornada, enseguida añadió que sí, de prisa, pero no con ansiedad”, explicó Clemente a los jóvenes.
Con este arranque, la JMJ portuguesa se ha convertido en la más universal de las celebradas hasta la fecha. Así al menos lo defienden los organizadores, que apuntan que hay representantes de todos los países del planeta, salvo de Maldivas. Un reflejo, tanto del tirón de esta iniciativa pastoral como de la red que global que es en sí misma la Iglesia católica.