Sam Altman, director ejecutivo y cofundador de Open AI, quienes desarrollaron el programa de generación de texto ChatGPT, ha solicitado al Congreso de Estados Unidos que regule el desarrollo y los usos de la inteligencia artificial.
El martes, en una comparecencia ante un subcomité del Senado Altman hizo un listado de las aplicaciones beneficiosas de la tecnología, desde la medicina hasta la lucha contra la crisis climática, y confió en que la inteligencia artificial puede ser utilizada para el beneficio de la humanidad.
Sin embargo advirtió que es necesaria la intervención de los gobiernos del mundo para asegurar que estas herramientas se desarrollan de manera que protejan y respeten los derechos y las libertades de los ciudadanos.
“Creemos que los beneficios de las herramientas que hemos desarrollado hasta ahora superan ampliamente los riesgos”, defendió Altman.
El testimonio de Altman se produce en medio de la preocupación por parte de las autoridades estadounidenses por la posibilidad de que el rápido avance de las tecnologías de Inteligencia Artificial tenga efectos inesperados sobre la sociedad.
Los legisladores citaron riesgos como la pérdida de empleos o el uso de herramientas de creación de contenidos para generar información falsa por parte de actores extranjeros.
Para ilustrar sus preocupaciones, el senador Richard Blumenthal, presidente del subcomité de Privacidad, Tecnología y la Ley e impulsor de la audiencia, emitió una grabación realizada con inteligencia artificial que había sido escrita por ChatGPT, imitando el estilo y los principales focos de interés del congresista.
“Citando a ChatGPT, este no es necesariamente el futuro que queremos”, bromeó Blumenthal al inicio del evento.
Altman admitió que probablemente la Inteligencia Artificial afectará al mercado laboral, pero se mostró optimista en que a la larga, la tecnología generará más empleos nuevos de los que destruirá.
“Somos tremendamente creativos”, confió el empresario.
Otra de las invitadas al evento, la directora de Privacidad y Confianza de IBM, Christina Montgomery, citó su propio puesto como ejemplo de un trabajo que no existía antes del desarrollo de la Inteligencia Artificial.
Altman también se mostró abierto a la sugerencia de Blumenthal de que el Gobierno desarrolle laboratorios independientes para comprobar la fiabilidad de los modelos de inteligencia artificial, y que les darían una nota similar a la calificación nutricional de los alimentos.
El responsable de OpenAI admitió que sus productos todavía cometen errores, pero que con el tiempo se volverán más y más fiables.