El Real Madrid tuvo 90 minutos perfectos y los volcó a la cancha con una victoria sin atenuantes por 3-1 frente al Manchester City en el Estadio Santiago Bernabéu. Kylian Mbappé marcó los tres goles de su equipo y Nico González descontó sobre el cierre para cerrar el global 6-3 en favor del Merengue, que venía de ganar la ida por 3-2 en Inglaterra. Los Ciudadanos, que no tuvieron a Erling Haaland por lesión -fue suplente-, no llegaron a los octavos de final después de 11 temporadas seguidas en esa fase.

El vigente campeón de la Orejona deberá esperar a este viernes para conocer cuál será su rival en los octavos, instancia en la que podría enfrentarse en el derbi al Atlético de Madrid o chocar contra Bayer Leverkusen.
El Real Madrid confirmó en su competición que ha alcanzado el punto de excelencia que se intuía por la calidad de sus futbolistas. Han tardado meses en entender que desde el trabajo y el sacrificio podían construir un equipo temible, pero a mediados de enero, ante el penúltimo campeón de Europa, sometió a su rival a un castigo durísimo. Por efectividad, derroche, colocación, precisión, instinto, por actitud y por fútbol, no se recuerda una sensación de superioridad semejante ante un equipo de Guardiola. Nunca jamás.