Nueva York se convierte en un destino emblemático durante el invierno, atrayendo a millones de turistas que buscan revivir la magia de películas como “Home Alone 2″ o “Serendipity”. Las luces festivas, los escaparates decorados y los mercadillos navideños hacen que la ciudad brille con una atmósfera única. Según datos del Wall Street Journal, se espera que 7,5 millones de visitantes lleguen durante la temporada de fin de año, lo que puede convertir algunas atracciones en lugares abarrotados y costosos.
A pesar del encanto cinematográfico, muchos puntos turísticos como el Rockefeller Center, Times Square y Central Park suelen estar repletos de visitantes, lo que puede desdibujar la experiencia. Las largas filas, los precios elevados y las multitudes de turistas con cámaras pueden hacer que los viajeros busquen alternativas más tranquilas y auténticas.
Nueva York ofrece numerosos rincones menos conocidos que permiten disfrutar de su esencia invernal lejos del bullicio. Desde acogedoras cafeterías de estilo europeo hasta pistas de patinaje ocultas y bares históricos, la ciudad guarda secretos que permiten experimentar su lado más íntimo. A continuación, se presentan diversas opciones para disfrutar de la magia neoyorquina sin necesidad de enfrentarse a las multitudes.
El Plaza Hotel es famoso por sus lujosas meriendas de té, pero el costo elevado y la afluencia de turistas lo convierten en una opción predecible. Para una experiencia más auténtica y relajada, Café Sabarsky, ubicado en el museo Neue Galerie en el Upper East Side, ofrece una alternativa sofisticada. Inspirado en las tradicionales cafeterías vienesas, el espacio está decorado con paneles de madera oscura y detalles de arte nuevo.
El menú incluye postres clásicos como el apfelstrudel (strudel de manzana) y la Schwarzwälder kirschtorte (tarta Selva Negra). Además, los visitantes pueden acompañar su café con una visita a las galerías del museo, donde se exhiben obras de artistas como Gustav Klimt y Egon Schiele. Las reservas son necesarias después de las 17:00, pero durante el día las mesas se asignan por orden de llegada, lo que permite disfrutar de este refugio sin necesidad de planear con antelación.
Crucero por el skyline por menos de 5 dólares
Un recorrido en barco por Manhattan suele ser una de las actividades imprescindibles para quienes visitan la ciudad. Las excursiones de Circle Line, con precios que parten de los USD 47, ofrecen vistas panorámicas de los principales puntos turísticos. No obstante, los residentes prefieren opciones más económicas y menos abarrotadas.
El NYC Ferry es una alternativa accesible que permite admirar el Puente de Brooklyn, la Estatua de la Libertad y el horizonte de Manhattan por solo USD 4,50. Los boletos pueden adquirirse a través de una aplicación móvil, que también proporciona mapas de las rutas y horarios. Aunque el viento en la cubierta superior puede ser intenso, el interior de los barcos ofrece calefacción, asientos cómodos y una vista despejada a través de ventanales. Además, la mayoría de los ferris cuentan con bares a bordo, lo que añade un toque cálido al recorrido.