Kirenia Magalis Díaz y su hijo Kely Maximiliano viven en San José de Las Lajas, en el Occidente de Cuba. Para ella, hay dos lugares que deben ser muy seguros para los hijos: “el hogar y la escuela, porque allí les damos protección y les educamos. El hogar es el primer sitio donde los niños y las niñas debieran sentirse felices, y una forma (de conseguirlo) es que sepan que pueden abordar cualquier tema con nosotras”.
Kirenia lo sabe por experiencia propia. “Mis padres llevan 42 años de matrimonio y, más que mis padres, son mis amigos. Ellos decidieron sentarse conmigo, conocer mi mundo interior, acompañarme y no juzgarme (…) Como he tenido su respaldo no me siento menos ni me avergüenzo por ser lesbiana”.
Madre adoptiva de Kely, un niño que vive con ella desde hace doce años, Kirenia habla de cómo ella y su pareja le cuidan con amor. “Diana, mi actual pareja, y yo, compartimos la custodia y tutela del niño. Él es parte de nuestro núcleo. Nos identifica como su familia, aunque sabe que tiene otra familia biológica”.
Su testimonio formará parte de un conjunto de videos sobre crianza respetuosa que interpela a madres, padres y otras personas cuidadoras de niñas, niños y adolescentes, acerca de los desafíos que asumen desde sus prácticas educativas cotidianas.
Libres de violencia
La campaña Mídete contra la violencia en la niñez y adolescencia, de UNICEF Cuba, convocó a un grupo de familias que desean criar a sus hijos sin violencia, para que cuenten sus experiencias. Kirenia aceptó, sin dudarlo.
“A los niños hay que hablarles de todo. Tienen que conocer la diversidad de familias que existen y aprender a amar a las personas. Él sabe que somos una pareja, que existen varios tipos de pareja y que tener una determinada orientación sexual no es un motivo para discriminar ni un obstáculo que afecta nuestro lazo, porque yo, su mamá, lo amo”.
El reconocimiento de la diversidad de las familias en Cuba es un objetivo esencial del nuevo Código de Familias, un proyecto de ley sometido a un amplio proceso de discusión pública, cuya propuesta final ha sido aprobada en el Parlamento cubano y luego se someterá a referendo popular.