En la séptima jornada de la Premier League, para ser más precisos en el cierre de la misma, Chelsea obtuvo un triunfazo en la aspiración de recortar terreno por la cúpula liguera. Los dirigidos por Mauricio Pochettino se lavaron la cara y demostraron su eficacia, por fin, ante un Fulham que se despistó y pago caro su tropiezo.
En un abarrotado y silenciado Craven Cottage por el trámite partido, los ‘Blues’ dieron la sorpresa y derrotaron 0-2 a su rival de la misma ciudad, haciendo parte de uno de los clásicos más vibrantes en el radar local. Las anotaciones fueron por obra y gracia de Mykhailo Mudryk (18′) y Armando Broja (19′), tras una ráfaga de llegadas a campo rival que bastaron para adjudicarse los tres puntos.
Triunfo importante para el Chelsea, dado que venía de perder en la anterior jornada por 0-1 ante Aston Villa de local. Es posible que les haya servido anímicamente a los de Pochettino eliminar al sorprendente Brighton en la tercera ronda de la Carabao Cup, un antecedente de gran relevancia para dar luces de una posible remontada en materia deportiva.
Luego de que el Fulham intentara robarle la pelota al cuadro ‘Blue’ en el inicio, el Chelsea sobrepasó las dificultades y pudo marcar el primer gol del juego apenas a los 18 minutos, exactamente por los pies y el gran talento de Mykhailo Mudryk, creativo ucraniano que llegó a cambio de una impresionante millonada.
Mudryk había sido muy criticado en esta debacle del Chelsea; sin embargo, Pochettino confió en él y siguió dándole el protagonismo necesario. En esta oportunidad, le llegó la pelota al área tras un centro de Levi Colwell, lateral zurdo de la visita, quien le tiró un pase muy preciso y también le ayudó que su rival no calculara bien la trayectoria del balón.