California bajo el lodo: Una Navidad marcada por el desastre y el estado de emergencia

Lo que debía ser una semana de celebraciones se transformó en una pesadilla logística y humanitaria para millones de californianos. Una serie de potentes ríos atmosféricos, conocidos popularmente como el “Expreso Piña”, han azotado el estado desde el pasado 23 de diciembre, provocando inundaciones históricas, deslaves mortales y el desplazamiento de miles de personas.

Hasta el día de hoy, las autoridades han confirmado al menos tres víctimas mortales relacionadas con las tormentas.

El gobernador Gavin Newsom declaró el estado de emergencia en seis condados del sur de California: Los Ángeles, Orange, Riverside, San Bernardino, Ventura y San Diego, permitiendo la movilización inmediata de recursos de la Guardia Nacional.

El fenómeno meteorológico descargó en pocos días el equivalente a varios meses de lluvia. En algunas zonas del condado de Los Ángeles se registraron más de 280 mm (11 pulgadas) de precipitación, mientras que en el norte del estado, localidades como Honeydew reportaron acumulados asombrosos de más de 430 mm (17 pulgadas).

Wrightwood: El epicentro de la tragedia
La comunidad de montaña de Wrightwood, en las montañas de San Gabriel, ha sido una de las más golpeadas. El jueves 25 de diciembre, lo que comenzó como una lluvia intensa se convirtió en un río de lodo y escombros que sepultó vehículos y penetró en las viviendas hasta las ventanas.

Los bomberos del condado de San Bernardino realizaron rescates heroicos, sacando a personas atrapadas en sus autos mientras el lodo avanzaba. En la cercana Lytle Creek, la fuerza del agua destruyó un puente, dejando a vecindarios enteros aislados.

Expertos señalan que el riesgo se multiplicó debido a las “cicatrices de quemaduras” dejadas por los incendios forestales de principios de año. Sin vegetación que sostenga el suelo, la lluvia torrencial satura la tierra rápidamente, creando flujos de escombros que bajan por las laderas con la fuerza del concreto líquido.

Estado actual y advertencias
Aunque la intensidad de las lluvias ha comenzado a disminuir este sábado, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) mantiene alertas activas.

  • Cortes de luz: Más de 100,000 usuarios permanecen sin suministro eléctrico.
  • Carreteras: Importantes arterias como la Angeles Crest Highway permanecen cerradas por desprendimientos de rocas.
  • Nieve: En la Sierra Nevada, las acumulaciones superan el metro y medio, complicando los viajes de retorno tras las fiestas.

Las autoridades instan a la población a evitar viajes innecesarios. “El suelo está completamente saturado”, advirtió un meteorólogo del NWS. “Incluso con lluvias ligeras, el riesgo de nuevos deslizamientos sigue siendo extremadamente alto”.