Durante la madrugada del lunes, Bernardo Arévalo logró tomar posesión como presidente de Guatemala, luego de un retraso de más de nueve horas mientras el Congreso, controlado por la oposición, debatía la admisión de los legisladores entrantes, que debían jurar antes que el presidente.
El retraso terminó después de que los nuevos legisladores prestaran finalmente juramento y eligieran una mesa directiva del Congreso para investir formalmente al presidente.
Durante su discurso de investidura, Arévalo declaró que “Me llena de profundo honor asumir esta alta responsabilidad, evidenciando que nuestra democracia tiene la fortaleza necesaria para resistir. Y que mediante la unidad y la confianza podemos transformar el panorama político en Guatemala”.
El mandatario dijo que lo que ocurre en Guatemala, como en otras partes del mundo, es la lucha contra el autoritarismo, y que su país está luchando con “convicción y resiliencia”.
“Esta es la lucha que estanos enfrentando en Guatemala y en otras partes de Centroamérica y en el mundo. Se están librando batallas contra nuevas y antiguas formas de autoritarismo que limitan las aspiraciones de los pueblos y traicionan su soberanía. Me orgullece, me enorgullece afirmar que el pueblo de Guatemala está ofreciendo a la comunidad mundial un ejemplo inesperado de convicción y resiliencia democrática”.
El retraso fue tan prolongado que varios líderes mundiales que habían viajado a Guatemala para la toma de posesión no pudieron esperar más y regresaron a sus países para atender otros compromisos.