Menores de edad en conflictos armados de todo el mundo

Por Dr. Amín Cruz, PhD, diplomático, historiador, educador, periodista, escritor, presidente del Congreso Mundial de Prensa y presidente del Congreso Mundial de Universidades, residente en New York. 

“Los niños no tienen cabida en los conflictos armados y el abuso debe terminar ya”, UNICEF.  

El Día Mundial contra el Uso de Niños Soldado conocido igualmente como el Día de las Manos Rojas, se empezó a conmemorar a partir del 12 de febrero de 2002, cuando entró en vigor el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la Participación de Niños en los Conflictos Armados.  

Dicho protocolo fue aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas en mayo de 2000 y ha sido exitosamente ratificado por 159 estados, el día fue instaurado para recordar la necesidad de acabar con la terrible situación a la que se ven sometidos cerca de 300.000 niños y niñas en, al menos, una veintena de países en conflicto con el objetivo de recordar a todos los niños que han sido usados por grupos armados en distintos países, para formar parte de conflictos brutales, que les han traído como consecuencia daños físicos y psicológicos irreversibles y en el peor de los casos, la pérdida de sus propias vidas. 

Es importante entender que, el término niño o niña soldado no es solo el menor de 18 años que participa en combates, sino también aquel que realiza diversas tareas como lo es la colocación de minas antipersonas o explosivos, el espionaje, la cocina, el porteo y la esclavitud sexual. 

Esta confusión sobre el concepto de niño soldado ha provocado que las niñas queden relegadas a un segundo plano, cuando la realidad es que también son reclutadas en general con fines sexuales o para obligarlas a casarse, dichas agresiones sexuales pueden producirles lesiones físicas graves y embarazos forzados, así como el contagio de VIH y otras muchas enfermedades de transmisión sexual, lo que las condena a la marginación y, en muchos casos, a la prostitución, para poder mantenerse a sí mismas y a los hijos nacidos tras los abusos. 

De acuerdo a las estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se calcula que, hasta 300.000 niños y niñas en todo el mundo están asociados a fuerzas y grupos armados en los conflictos que desgarran a más de 20 países en todo el mundo, muchos de estos infantes han sido víctimas o testigos de actos de una brutalidad indescriptible, o se han visto obligados a participar en ellos.  

Como ejemplo de ello encontramos que en: Iraq y Siria, niños de tan sólo 12 años están siendo sometidos a una formación militar y han sido utilizados como informantes o para realizar patrullas, integrar puestos de control y custodiar lugares estratégicos, en algunos casos, han sido usados como terroristas suicidas y para llevar a cabo ejecuciones; y en República Centroafricana, niños y niñas de hasta 8 años de edad han sido reclutados y utilizados por todas las partes que intervienen en el conflicto para que participaran directamente en actos de violencia inter-étnica y religiosa. 

Afganistán, entraron en vigor las enmiendas al código penal que castigan el reclutamiento y uso de niños por parte de las fuerzas armadas. 

Nigeria, 833 niños han sido liberados de la Fuerza de Tarea Conjunta Civil (CJTF), en cumplimiento del Plan de Acción firmado con las Naciones Unidas y este actor no estatal.

Colombia, tras la transformación de las FARC-EP en partido político, el grupo puso fin a todo reclutamiento de niños, liberó a 135. 

Sudán del Sur, un Plan de Acción revisado que cubre las seis violaciones graves a los derechos de los niños se desarrolla actualmente con el Gobierno; además, hay discusiones para la adopción de nuevas iniciativas con otras partes en conflicto en África, Oriente Medio y Asia. 

La pandemia por el coronavirus impacta negativamente en este ámbito, la pobreza y la carencia de oportunidades que trae aparejadas son factores de empuje y atracción para el reclutamiento y uso de niños en conflictos, así como para la violencia sexual y el secuestro, de igual manera las oportunidades educativas, ya interrumpidas por la guerra y el desplazamiento, “están desapareciendo aún más. 

Por otro lado, mientras sigan existiendo estos ejércitos armados, el problema se mantiene, en la región centroafricana y países como Nigeria o Irak, resulta difícil, ya que la población infantil está tan alienada al conflicto, que lo ven y sienten como parte de ellos. 

El papel desempeñado por Francia para evitar que los niños sean reclutados como soldados ha sido realmente relevante. A través de sus planes de acción, ha logrado la puesta en marcha de algunas normas internacionales para brindar protección a la infancia a través de los llamados Principios y Compromisos de Paris. 

Han sido 20 largos años de lucha, sin embargo, hoy han dado algunos frutos, ya que han permitido que más de 100.000 niños en condición de soldados, puedan gozar de libertad y tener acceso a la educación, un hogar y una vida más plena. 

Aunque acabar con el reclutamiento de niños soldados resulta una tarea ardua, es importante destacar, que actualmente existen algunos organismos como UNICEF, que se han dedicado a aunar esfuerzos para erradicar para siempre esta dura realidad que afecta a niños y niñas de todo el mundo. 

En la llamada Declaración del Milenio del año 2000, en Francia, se realizó una conferencia internacional, donde se establecieron los llamados “Principios de Paris” y en la cual hubo acuerdos para la creación de planes y programas que permitan la pronta liberación y protección de miles de niños que todavía se encuentran prisioneros de los grupos armados. 

Durante los últimos años Francia, UNICEF y más de 108 Estados han unido esfuerzos para poner fin al reclutamiento de niños a nivel global, sin embargo, hace falta que más países y gobiernos se involucren de forma responsable para poner fin a lo que puede ser considerado un crimen de lesa humanidad, los niños que han sido víctimas de los grupos armados, que  se encuentran en una situación bastante vulnerable, por todas las experiencias traumáticas que han tenido que enfrentar en su corta vida, para ellos, pensar en un mañana mejor es algo impensable. 

Aunque esta organización, a través de los años ha unido esfuerzos por liberar y reinsertar en la sociedad a un gran número de ellos, el trabajo no termina allí, sin embargo, para los que logran salir de esa triste situación, está la posibilidad de iniciar una nueva vida, con acceso a la educación, la capacitación y la oportunidad de tener una familia de acogida. 

Nadie tiene el derecho de robar los sueños y la inocencia de los niños, han subrayado los representantes de las Naciones Unidas y la Unión Europea, que han destacado el papel fundamental de las y los menores para construir un presente y un futuro donde prevalezca la paz, es nuestra responsabilidad permitirles ser tales agentes de cambio, hoy más que nunca, el mundo necesita de una sociedad más unida y que haga frente a problemáticas ya que nuestros niños serán la generación de relevo y en sus manos estará el porvenir de la raza humanan y erradicación del uso de las y los menores de edad en conflictos armados de todo el mundo mismo que es una de las más graves violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario. 

“Aunque los gobiernos del mundo han conseguido avances a la hora de reconocer que los niños no tienen cabida en sus ejércitos, el reclutamiento de niños soldado sigue representando un problema enorme, especialmente con los grupos armados.” Leila Zerrougui