Los derechos humanos son base de la paz y el desarrollo con justicia

En vísperas del Día de los Derechos Humanos, conmemorado cada 10 de diciembre, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para esos derechos ofreció en Ginebra una conferencia de prensa en la que afirmó que el mundo no puede permitir que sus líderes consideren las garantías fundamentales como una idea secundaria o como un instrumento de la geopolítica.

Volker Türk también lanzó una nueva iniciativa que busca fortalecer las garantías fundamentales en el mundo.

“Debemos unirnos para proteger nuestros valores compartidos de derechos humanos y nuestra humanidad compartida. Estoy lanzando la iniciativa UDHR 75 como una oportunidad para recordar el consenso previsto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Para restablecer y fortalecer la notable infraestructura de derechos humanos que hemos construido”, dijo.

Türk llamó a reavivar el espíritu, el impulso y la vitalidad que forjaron dicha Declaración hace 75 años y a rejuvenecer un consenso mundial sobre los derechos humanos.

Explicó que la iniciativa será coordinada por su Oficina y sus socios, e incluirá actividades y acciones dirigidas a renovar la conciencia y el compromiso de las personas con los derechos humanos, especialmente entre los jóvenes.

“Vamos a encontrar formas de pensar nuevas e innovadora sobre los desafíos de los derechos humanos”, apuntó.

Universales e indivisibles

El Alto Comisionado sostuvo que la Declaración Universal deja en claro que los derechos humanos son universales e indivisibles, además de que sientan la base para la paz y el desarrollo con justicia e igualdad para todos.

Por otra parte, insistió en que pese a tantas crisis aparentemente “insolubles”, todavía se pueden encontrar soluciones: “incluso cuando los desafíos parecen insuperables, si los líderes políticos y sociales centraran sus respuestas únicamente en los derechos humanos, las soluciones estarían siempre a la vista”, apuntó.

Como ejemplo de esta aseveración citó a Sudán, “donde la sociedad civil, dirigida sobre todo por mujeres y jóvenes, ha cambiado la ecuación sobre el terreno, desafió a la sociedad a moverse y evolucionar con más libertades”.

Violencia en las calles de Puerto Príncipe, Haití

Haití, una crisis que no hace titulares

Türk destacó la necesidad de no enfocarse únicamente en las crisis que llegan a los titulares y se refirió a la situación desesperada de Haití, donde las bandas armadas supuestamente apoyadas por las élites económicas y políticas controlan más del 60% de la capital. Se trata de una crisis que no se debe ignorar, recalcó.

Agregó ese esquema continúa a pesar de que 4,7 millones de personas sufren hambre aguda, de que 1448 han sido asesinadas, 1145 heridas y 1005 secuestradas por pandillas desde principios de año.

“Detrás de cada uno de estos números hay familias y comunidades enteras que están destrozadas por la violencia”, recordó, y acotó que las pandillas también utilizan la violencia sexual “para infundir miedo y ejercer control sobre la población”.

“Se deben abordar las causas profundas de la crisis, especialmente las desigualdades sociales, la corrupción desenfrenada, la colusión entre élites poderosas y líderes de pandillas, y la impunidad endémica”, señaló, calificando de “inconcebible” que haya quienes se beneficien del sufrimiento de los haitianos.

Persisten las víctimas civiles

Además de hablar de Haití, Türk pasó revista de algunos de los países con crisis profundas de derechos humanos, entre ellos Yemen, donde la violencia entre el gobierno y las fuerzas respaldadas por los hutíes estalló hace más de siete años.

Sobre esa nación, el Alto Comisionado explicó que aunque las hostilidades a gran escala y los ataques aéreos han cesado en general, los informes de víctimas civiles no disminuye, especialmente de niños que sucumben ante las minas terrestres y otros restos explosivos de guerra.

Una mujer camina por un pasadizo de la localidad afgana de Zindajan.

Latigazos y ejecuciones públicas

Afganistán fue otro de los países mencionados. Türk indicó que la decisión de las autoridades de facto de castigar con latigazos y ejecuciones públicas, así como la exclusión sistemática de mujeres y niñas de prácticamente todos los aspectos de la vida no tiene paralelo en el mundo.

Tales acciones son una violación flagrante de las obligaciones internacionales de derechos humanos de Afganistán, continuó Türk, que instó a los talibanes a establecer una moratoria inmediata sobre futuras ejecuciones y a abolir la pena de muerte.

Catástrofe humanitaria y terrorismo

Somalia es otra de las “emergencias” que precisan toda la atención, según Türk, puesto que enfrenta una catástrofe humanitaria tras la peor sequía en décadas y los persistentes ataques extremistas.

Detalló que su Oficina ha documentado un gran aumento de muertes de civiles y que el 76% de ellas se atribuyen al grupo integrista Al-Shabab. Los datos dan cuenta de 672 muertes y 1082 heridos entre enero y noviembre, un 51% más que durante el mismo periodo del 2021.

“Las preocupaciones graves de derechos humanos también incluyen el arresto y la detención de periodistas, lo que obstaculiza la libertad de expresión, fomenta la autocensura y agrava las vulnerabilidades de derechos humanos preexistentes”, puntualizó y sostuvo que la protección de los derechos humanos “es un componente clave de la acción humanitaria”.

Seguimiento a recomendaciones para China

Al responder una pregunta sobre China, país que rechazó las conclusiones de un informe de su Oficina referente al trato de las minorías en Xinjiang, el Alto Comisionado respondió que dará seguimiento a las recomendaciones de ese documento.

“Lo haré, y continuaré conversando con las autoridades”, adelantó.

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