La vacuna contra el COVID-19, cada vez más cerca de hacerse realidad, no puede ser solo para los países ricos

 Un grupo de expertos de la ONU en derechos humanos denunciaron que algunos países están tratando de monopolizar cualquier futura vacuna contra el COVID-19 a pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha advertido que “nadie estará a salvo hasta que todos los estén”.

Varios relatores, expertos independientes y miembros de grupos de trabajo de la división de procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dijeron en un comunicado que el nacionalismo no tiene lugar en la lucha contra esta pandemia.

“Lamentablemente, parece que algunos gobiernos se han comprometido a garantizar vacunas solo para sus ciudadanos. Las políticas de salud y adquisiciones aislacionistas están en contradicción con las normas internacionales de derechos humanos”, expresaron este lunes, cuando los líderes globales se reúnen en la Asamblea Mundial de la Salud.

Los expertos advirtieron que estos países que han prometido las vacunas a su población probablemente no logren hacerlo debido a la limitada capacidad de producción, un obstáculo que se hace menor en el marco de un esfuerzo global coordinado.

“La pandemia continuará y volverá a afectar a esos países tarde o temprano, incluso a través de nuevas perturbaciones económicas. Un mensaje, que se repite a menudo en 2020, sigue siendo esencial: nadie está seguro hasta que todos lo estemos”, dijeron.

Agregaron que según la ONG Oxfam, para septiembre de este año el 51%  de las dosis que se producirán en función de la capacidad para esa fecha ya se habían reservado para países con solo el 13%  de la población mundial. “Si el resto del mundo depende de las mismas instalaciones de fabricación, tendrán que esperar a que cumplan sus pedidos anticipados y esperar que se puedan producir más dosis antes de que muchos más mueran o se enfermen gravemente”, advirtieron.

Los expertos recordaron que la cooperación internacional y el multilateralismo son fundamentales para facilitar a los países la superación de la crisis actual y sentar las bases de una recuperación socioeconómica sólida, sostenida e inclusiva en todo el mundo.

“Para hacer frente a la pandemia y sus consecuencias y hacer realidad los derechos humanos universales, los Estados deben tomar medidas, tanto individual como conjuntamente, mediante la cooperación y la asistencia internacionales”, dijeron.

 Este lunes, el director de la OMS, Tedros Adhanom Gebreyesus, dio la bienvenida a los avances en la vacuna de Pfizer, que según la farmacéutica es eficaz en un 90% de los casos y dijo que el mundo está experimentando una colaboración científica sin precedentes.

 El apoyo a COVAX

Los relatores y expertos en derechos humanos hicieron un llamado a los países para que apoyen la iniciativa COVAX de la Organización Mundial de la Salud, que busca garantizar el acceso equitativo a las vacunas contra el COVID-19 a nivel mundial.

“Según el derecho internacional, el acceso a cualquier vacuna y tratamiento COVID-19 debe estar disponible para todos los que los necesiten, dentro y entre países, especialmente aquellos en situaciones vulnerables o que viven en la pobreza”, afirmaron.

También pidieron la cooperación y la asistencia internacional entre los países desarrollados y en desarrollo para garantizar un intercambio generalizado de tecnologías sanitarias y conocimientos sobre las vacunas y el tratamiento COVID-19.

Además, recalcaron que las empresas farmacéuticas también tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos y no deben anteponer las ganancias a los derechos de las personas a la vida y la salud, y deben aceptar restricciones a la protección mediante patente de las vacunas que desarrollan.