El señor ha resucitado, verdaderamente ha resucitado

Una de las grandes celebraciones del cristianismo es la Semana Santa, que este año continúa marcada por las restricciones a causa de la pandemia de coronavirus. La festividad conmemora la Pasión de Cristo: la entrada en Jerusalén, la última Cena, el Viacrucis cargando la cruz, su muerte crucificado y la resurrección.

El Domingo de Resurrección celebra el regreso a la vida de Jesús. Tras el martirio vivido por Cristo que acabó con su crucifixión, el Señor regresó de la muerte cumpliendo el mandato divino de Dios, probando así que era el salvador de la humanidad.

Su resurrección fue la confirmación tanto del origen santo como de la naturaleza divina de Jesús. Constituye una fiesta central de la religión cristiana y es motivo de alegría, luz y esperanza entre sus fieles. Por ello, se rinden honores a su sacrificio y se recuerda su mensaje de unión para los hombres.

Al resucitar Cristo, vence al pecado, pues Dios ha mandado a su hijo primogénito para curar el mal de mundo, y es así, con su resurrección que vence la oscuridad y trae la esperanza de la vida eterna a los justos.

Hoy debemos volver la mirada al cristo resucitado, y en esta Pascua que celebramos pedir con gran fe, el alivio de este mundo, que hace más de un año sufre el azote de una pandemia.

Y así, cada hermano, amigo o familiar que perdieron la vida en esta pandemia, tengan la esperanza de llegar a la vida eterna, pues es la promesa de Cristo.

Que sea nuestro señor Jesús, quien con el misterio de su muerte y la gloria de su resurrección, nos guíe en este proceso, sane nuestro mundo y limpie nuestros corazones.

¡Felices Pascuas de Resurrección!