El hijo del agua

 Su futuro ya estaba predestinado desde su nacimiento hace 33 años atrás, el 22 de marzo, Día Mundial del Agua. Yago* es el hijo mayor de Santiago Lange, triple medallista olímpico argentino de vela (Bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008, y oro en Río de Janeiro 2016), y aunque siguió los pasos de su padre y comenzó a competir en disciplinas náuticas de alto rendimiento a los veinte años, con grandes triunfos y participaciones internacionales, entre las cuales se destaca su actuación en los Juegos Olímpicos Río 2016 junto a su hermano Klaus, él se abrió su propia estela en el mar.

Hoy Yago disfruta del agua de una manera diferente, la protege, la custodia y se asegura de que cada vez más jóvenes lo acompañen en esta travesía que no otorga medallas por premio, sino la recompensa de sentir que los océanos, los ríos y los lagos pueden recuperarse de la contaminación causada por toneladas de residuos en gran parte conformados por plásticos.

Más del 80% de las aguas residuales en los países en vías de desarrollo se descarga sin tratamiento, contaminando ríos, lagos y zonas costeras. En 2019 la Organización Mundial de la Salud instó a reducir la contaminación por plásticos para proteger el medio ambiente y evitar que la población esté expuesta a los microplásticos que pueden estar presentes en el agua que bebemos y aún se estudia que impacto tendrían en la salud humana.

 De regatista olímpico a guardián del medio acuático

Fue en diciembre de 2018, a su regreso de estar entrenando con el equipo de yachting austríaco en Europa que Yago comenzó a sentir la necesidad de limpiar las aguas, de hacer todo lo que este a su alcance para extraer la basura que la ensucia y contamina y salvar el recurso. Sabe que solo no puede y permanentemente busca aliados, cada vez consigue más. La primera limpieza surgió espontáneamente, con una convocatoria en historia de Instagram para limpiar el Río de La Plata en la provincia de Buenos Aires, y a los tres días ya había logrado juntar deportistas de 25 clubes de todo el país.

“Con la emoción de lo logrado ese día, los mensajes de la gente y la repercusión posterior a la limpieza, llegué a sentir que esa acción que hicimos entre todos tenía la misma importancia que competir en una olimpíada que era la ilusión que había tenido desde chico”, expresó Yago con la convicción de haber encontrado su propósito en la vida.

A partir de esa primera experiencia, fueron apareciendo cada vez más oportunidades, y en marzo de 2019 realizó la primera limpieza internacional con regatistas de todo el mundo, “ahí empezamos a darnos cuenta de la potencia de este mensaje de poder unirnos como comunidad náutica, somos los que usamos el agua, hay que protegerla y en ese momento se acercó la organización Parley for the oceans con la cual actualmente continúo trabajando en la coordinación de jornadas de limpieza en distintos sitios de la Republica Argentina y del mundo”, dijo.

 Al realizar las limpiezas la basura que más retiran del agua está compuesta por elementos de plástico descartable, gran cantidad de botellas, especialmente en la zona del Río de la Plata mientras que en la costa de las ciudades argentinas las colillas de cigarrillos son las que más contribuyen a la polución, relata Yago, quien por el momento decidió dejar la competencia de alto rendimiento para poder dedicar más tiempo a liderar las limpiezas, y a capacitar e incentivar jóvenes para que se sumen a su misión, con enormes resultados, cientos de voluntarios han formado parte de las acciones organizadas previo a la pandemia.

De todas maneras, a veces se vuelve a conectar con su carrera deportiva, pero sin dejar de lado esta nueva faceta que lo conecta con el cuidado del planeta, durante enero y febrero estuvo en Portugal y España entrenando al equipo olímpico femenino alemán de yachting de cara a los juegos de Tokio, y resalta que más allá de compartir conocimientos técnicos se concentró en inculcar a las atletas el valor de los océanos y la necesidad de trabajar para su conservación.